En la localidad de Picanya, Valencia, una historia de solidaridad y esperanza ha surgido tras los estragos causados por las fuertes lluvias. Dos niños de 11 años, Izan y Neizan, se han convertido en el centro de atención y admiración por sus incansables esfuerzos para ayudar a su comunidad. A pesar de su corta edad, estos amigos, que se consideran más que hermanos, han tomado la iniciativa de distribuir alimentos, agua, mascarillas, guantes, pañales, y otros insumos necesarios, transportando las donaciones en un carrito.
La historia de estos jóvenes voluntarios ganó relevancia nacional cuando fueron presentados en el programa TardeAR de Telecinco, tras haber sido captados por las cámaras de «El Chiringuito». Izan y Neizan relataron cómo comenzaron su misión de ayuda: Izan fue el primero en tomar la iniciativa y posteriormente invitó a Neizan a unirse a él. A pesar de los obstáculos, como caídas por el barro, su determinación por asistir a los demás permanece intacta.
Los productos distribuidos provienen de una ONG local, y son los propios niños quienes se encargan de su recolección y entrega. La respuesta de los vecinos ha sido excepcionalmente positiva, muchos de los cuales los han calificado como «unos cracks», mostrando su gratitud y apoyo hacia los pequeños.
Además de su labor en las calles, Izan y Neizan tienen ambiciones para el futuro. Izan aspira a ser guardia civil por su amor a España, mientras Neizan sueña con ser arqueólogo o militar. Su historia ha emocionado no solo a su comunidad local sino que ha capturado el interés a nivel nacional, siendo entrevistados por Ana Rosa Quintana en TardeAR, donde Neizan mencionó que sus padres están «muy orgullosos» y siempre lo apoyarán.
Su esfuerzo y dedicación han sido reconocidos ampliamente, recibiendo el cariño y aprecio de su comunidad y un reconocimiento especial de Ana Rosa Quintana, quien les sorprendió con una ilustración realizada por artistas falleros. Además, se les prometió un viaje a Disneyland como recompensa por su admirable labor, una vez que las condiciones lo permitan.
Izan y Neizan han demostrado que la edad no es una barrera para hacer una diferencia significativa en su comunidad. Su historia es un testimonio del poder de la solidaridad y la importancia de la colaboración comunitaria, sirviendo como inspiración no solo para los jóvenes sino para todos aquellos que deseen contribuir positivamente en momentos de crisis.