En un reciente incidente que ha encendido las alarmas en la localidad de Benalmádena, en Málaga, la tranquilidad se vio interrumpida por un acto vandálico perpetrado por un grupo de cuatro turistas franceses. Este suceso tuvo lugar en las ya inactivas instalaciones de Tívoli World, un reconocido parque de atracciones que cerró sus puertas en 2020 tras enfrentar una serie de desafíos legales y financieros. La incursión, que se produjo alrededor de las 15:50 horas del pasado miércoles, concluyó con daños estimados entre 3.500 y 3.900 euros y la posterior detención de estos individuos, acusados de un delito de daños.
La irrupción no solo ha generado importantes daños materiales, sino también una profunda consternación entre los residentes y autoridades de Benalmádena. Juan Antonio Lara, alcalde del municipio, manifestó su preocupación y resaltó que este tipo de incidentes no son aislados, remarcando la continuidad de vigilancia en el parque a pesar de su cierre. Esta supervisión no solo busca mantener el recinto en condiciones aceptables, sino también cuidar de los animales que allí residen, labor llevada a cabo por antiguos empleados del parque.
Los daños infligidos durante el acto vandálico incluyeron importantes estructuras dentro del parque, tales como el Pasaje del Terror y la fachada del Castillo del Terror, además de la forzación de puertas y daños en los coches de choque, evidenciando el uso inadecuado de las instalaciones. Este acto de vandalismo no es solo un ataque a la propiedad sino que expone la permanente vulnerabilidad de espacios inutilizados o abandonados, destacando la imperiosa necesidad de adoptar medidas preventivas más efectivas que salvaguarden el patrimonio y la seguridad de los ciudadanos.
Con el caso ahora en proceso judicial, la comunidad de Benalmádena espera que se tomen las acciones correspondientes contra los responsables y que se implementen estrategias más rigurosas para prevenir futuros incidentes. Este episodio ha reavivado el debate sobre la importancia de proteger espacios que, aunque en desuso, forman parte del legado y la historia local, así como de garantizar un entorno seguro para todos los habitantes y visitantes de la ciudad.