La guerra contra la humedad por capilaridad en edificaciones ha tomado un nuevo rumbo gracias a una tecnología innovadora llamada Humix. Esta propuesta busca erradicar el problema sin recurrir a intervenciones invasivas que afecten las estructuras o el día a día de los ocupantes.
Tradicionalmente, las soluciones para este tipo de humedad incluían métodos como inyecciones químicas y sistemas de aislamiento. Sin embargo, estos enfoques tienden a ser costosos, disruptivos y dependen en gran medida de la correcta ejecución de las obras. Humix, en cambio, introduce un avance significativo mediante un proceso físico de inversión de polaridad, actuando directamente desde el interior de los muros. Al bloquear el ascenso del agua y promover un secado natural, esta tecnología estabiliza y desinfecta los espacios sin necesidad de obras.
Especialmente en viviendas, comunidades, escuelas y edificios públicos, donde la humedad compromete tanto la estructura como el confort interior, la implementación de Humix ha cobrado relevancia. Su método de instalación es rápido, limpio y silencioso, evitando las molestias de las técnicas tradicionales. Además, no requiere mantenimiento ni el uso de productos químicos.
Una de las principales ventajas de esta tecnología es su versatilidad en edificios de alto valor patrimonial, como museos, donde la preservación de la estructura original es crucial. El sistema de Humix, de bajo consumo energético, asegura un funcionamiento continuo, evitando así el retorno de la humedad.
En conclusión, Humix emerge como una solución sostenible y eficaz para tratar la humedad por capilaridad. La tecnología ofrece una respuesta discreta y permanente, que está redefiniendo la forma en que se abordan las rehabilitaciones de espacios. Con su éxito en diversas regiones, representa un avance hacia el modernismo en la conservación de edificaciones históricas y la mejora de la calidad de vida en áreas urbanas.

