En el panorama político actual de España, Alejandro Nolasco, quien ocupa el cargo de vicepresidente primero y consejero de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia del Gobierno de Aragón, ha emergido como una figura notable por su enfoque distintivo en materias de estrategia y comunicación política. Partiendo de una premisa que algunos asocian con la estrategia de Dominic Cummings hacia Boris Johnson—es decir, la necesidad de romper las reglas, particularmente en momentos de adversidad—Nolasco ha construido una carrera política que, si bien ha estado plagada de controversias, lo ha colocado firmemente en el foco de los medios de comunicación.
Desde su llegada al Gobierno de Aragón, bajo la presidencia de Jorge Azcón y contando con el respaldo de Vox, Nolasco ha realizado una serie de maniobras atrevidas que no solo han capturado la atención pública, sino que también han polarizado el escenario político de esa comunidad autónoma. Su promoción a una posición de liderazgo dentro de Vox a nivel nacional, acaecida en enero de 2024, parece haber subrayado aún más su enfoque confrontativo.
Una de las cualidades más caracterizadas de Nolasco es su preferencia por estrategias que bordean los límites convencionales de la política institucional, buscando siempre la visibilidad, incluso a costa de dividir la opinión pública. Esto ha quedado de manifiesto en sus posiciones sobre la acogida de inmigrantes y otras medidas de su departamento, que han resonado con el discurso nacional de Vox, generando tensiones tanto dentro del partido como en el Gobierno aragonés.
Nolasco se ha visto envuelto en incidentes que han suscitado un amplio debate sobre las normas de conducta en la política, como lo fue la filtración de una conversación con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. El incidente, que culminó con una disculpa por parte de Nolasco, ha evidenciado su estilo provocador y poco ortodoxo.
Sin embargo, detrás de la cobertura mediática y las controversias, los indicadores de su gestión muestran un panorama menos halagador. Su departamento ha ejecutado solo el 13% de su presupuesto, situándose como el menos efectivo dentro del Ejecutivo de Aragón. Esta situación abre un debate sobre la discrepancia entre la retórica política de Nolasco y la capacidad de generar resultados tangibles y positivos para la comunidad.
La trayectoria de Alejandro Nolasco dentro del escenario político de Aragón presenta un estudio de caso sobre cómo la búsqueda de visibilidad y la estrategia de confrontación pueden entremezclarse con el deber de gobernar eficazmente. A medida que se aproximan nuevas elecciones, queda por ver si la estrategia de Nolasco beneficiará a su carrera y a Vox, o si, por el contrario, los posibles costes de su enfoque provocador podrían superar por mucho a sus beneficios, marcando un punto de inflexión tanto para él como para su partido.
