Íñigo Errejón, exdiputado y líder de un partido político en España, ha comparecido recientemente ante un juez en relación con una acusación de agresión sexual presentada por la actriz Elisa Mouliáa. Durante su declaración, Errejón defendió la naturaleza consensuada de la relación y negó enérgicamente todas las acusaciones, asegurando que Mouliáa tenía la libertad de dejar la situación en cualquier momento.
En los detalles aportados, Errejón relató que un beso compartido entre él y Mouliáa fue consensuado, desmintiendo cualquier insinuación de presión para que ella permaneciera en una habitación. Asimismo, negó que la actriz estuviera bajo la influencia del alcohol durante los hechos señalados. En contraposición, la denunciante ha manifestado que Errejón la agarró con fuerza y la besó de manera violenta en un ascensor, afirmando que posteriormente el político la condujo a una habitación donde se produjeron tocamientos no consentidos, lo que la hizo sentir incómoda y paralizada.
Al salir del juzgado, Errejón adoptó una postura confiada hacia el sistema judicial, afirmando su tranquilidad y asegurando que siempre ha actuado con respeto y honestidad. Subrayó que su decisión de dimitir de ciertos cargos no está relacionada con la denuncia presentada y, en su defensa, resaltó que en un momento dado, propuso llevar a la actriz de regreso a su casa, evidenciando que no hubo coerción en su interacción.
El proceso judicial sigue en curso, con el juez demandando pruebas y testimonios adicionales de los implicados y testigos que asistieron a la fiesta en la que se habrían producido los hechos. La atención mediática en torno a este caso ha sido significativa, mientras ambas partes se preparan para presentar sus argumentos ante la justicia en un contexto que ha reabierto el debate sobre el abuso de poder y las relaciones en el ámbito público.