La celebración del festival indie más reconocido de la capital española se ve empañada por las disputas administrativas y logísticas, poniendo en juego una vez más su realización. Con un impacto económico significativo manifestado en el anterior evento, donde se generaron más de 46 millones de euros y se crearon alrededor de 6.700 empleos, la importancia de este acontecimiento cultural es innegable. Pese a tales cifras, el festival no es ajeno a la polémica, variando esta desde disputas por la ubicación hasta incidentes de robos y quejas de los habitantes locales.
Este año, a poco tiempo de su inauguración en el distrito de Villaverde, el debate se intensifica en torno al pendiente plan de movilidad, exacerbando la tensión entre el Ayuntamiento de Madrid y la Delegación del Gobierno. Las inquietudes del pasado respecto al ruido y los problemas de acceso y salida del evento, sumado a las dificultades suscitadas por conciertos previos como el del conocido artista Harry Styles, no hacen más que avivar el fuego de las críticas.
En una insistencia por solucionar los problemas de movilidad resaltados en el evento de 2023, el Ayuntamiento demanda un documento oficial por parte de la Delegación del Gobierno que avale la resolución de dichos inconvenientes. Sin embargo, la falta de este escrito es lo que ahora obstaculiza la aprobación del nuevo plan de movilidad, esencial para el desarrollo del festival.
Aunque desde el ayuntamiento se afirme que todo está en regla con respecto a informes y licencias, las críticas no se han hecho esperar. La venta de entradas sin la aprobación previa de todos los planes necesarios ha sido calificada de irresponsable por voces contrarias a la gestión actual, subrayando las dificultades que conlleva organizar un evento de tal magnitud en la capital y equilibrar los beneficios económicos y culturales con la calidad de vida de los ciudadanos.
Adicionalmente, la situación se ha complicado aún más con la noticia de que el patrocinio por parte del ayuntamiento ha sido reducido en un 80%. Este recorte presupuestario plantea un reto considerable para los organizadores, quienes se encuentran en la búsqueda de soluciones que permitan llevar a cabo un evento memorable, pese a las adversidades económicas y logísticas.
En esta edición del festival, lo que subyace es la dificultad inherente a la planificación y ejecución de grandes eventos en entornos urbanos, donde la coordinación entre distintas entidades gubernamentales es crucial. A medida que se intenta llegar a un acuerdo que facilite la realización del festival, queda evidente el desafío constante de balancear intereses diversos y satisfacer a todas las partes involucradas.