Dos turistas británicos sufrieron quemaduras de segundo grado durante el fin de semana tras una inesperada explosión a bordo de una lancha de alquiler en Palma. La tragedia se produjo el domingo alrededor del mediodío, en el Club de Mar, cuando los dos turistas, un hombre de 44 años y una mujer de 38, estaban revisando el motor de la embarcación que se encontraba amarrada en el puerto.
El suceso podría haber tenido consecuencias aún más graves de no ser por la heroica intervención de varios tripulantes de un velero cercano, quienes actuaron rápidamente para sacar a los heridos de entre las llamas. Acto seguido, las víctimas fueron trasladadas de emergencia a la Clínica Rotger en Palma, donde actualmente reciben tratamiento especializado para las quemaduras sufridas.
En un esfuerzo por evitar que el fuego se extendiera a embarcaciones cercanas y para controlar el riesgo de contaminación, las autoridades tomaron la decisión de desatar la lancha, la cual finalmente se hundió dentro del puerto. Este incidente activó el Plan Integral Marítimo (PIM), que tiene como fin ejecutar la limpieza necesaria en la zona contaminada por el derrame de gasoil ocasionado, aparte de evaluar las posibles repercusiones en la navegabilidad dentro del puerto.
El accidente se encuentra actualmente bajo investigación para determinar las causas exactas de la deflagración, destacando la importancia de adherirse a protocolos de seguridad estrictos durante la manipulación de equipos en embarcaciones. Este tipo de siniestros pone en manifiesto no solo el peligro inminente para la vida humana sino también las posibles amenazas para el ecosistema marítimo y la seguridad en las aguas.
La comunidad marítima y las autoridades navales están altamente enfocadas en prevenir incidentes similares, impulsando medidas que garanticen la seguridad de quienes disfrutan de actividades marítimas y protejan el medioambiente.
