El reciente avance en la lucha contra las infecciones del tracto urinario (ITU) en residencias geriátricas de Europa ha sido posible gracias al proyecto IMAGINE, que ha demostrado que intervenciones preventivas bien diseñadas pueden tener un impacto significativo no solo en la salud de los pacientes, sino también en la economía sanitaria. Este estudio, que abarcó tres años y se llevó a cabo en ocho países, ha generado resultados que podrían ser cruciales para abordar uno de los problemas más apremiantes en el campo de la salud pública: la resistencia a los antibióticos.
Cada año, la resistencia a los antimicrobianos causa más de 35,000 muertes en la Unión Europea y genera costos sanitarios que superan los 1,5 mil millones de euros. La situación es aún más crítica en residencias geriátricas, donde el uso de antibióticos es a menudo innecesario o inapropiado. En este contexto, los hallazgos de IMAGINE ofrecen esperanzas renovadas para mejorar la atención en este sector.
El análisis del proyecto, coordinado por el Institut d’Investigació en Atenció Primària de Salut Jordi Gol y evaluado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, reveló que las estrategias dirigidas a los profesionales de la salud en residencias geriátricas lograron reducir en un 27 % las infecciones urinarias tratadas con antibióticos. En países como España, esta cifra descendió del 26,6 % a un sorprendente 13,3 %, lo que es un testimonio del poder de las intervenciones adecuadas.
Además del impacto clínico, el proyecto ha mostrado beneficios económicos. Con la implementación de las nuevas prácticas, se estima que la Unión Europea podría ahorrar hasta 150 millones de euros anuales, además de prevenir más de 540,000 infecciones urinarias. Este ahorro resalta que invertir en prácticas preventivas no solo es beneficioso para la salud, sino también para el escenario económico de los sistemas de salud.
La metodología del proyecto fue clave en sus logros, integrando auditorías clínicas, capacitación online y presencial, así como un enfoque participativo que involucra tanto a profesionales como a residentes. Pequeños cambios, como el uso adecuado de delantales y la mejora de la higiene de manos, demostraron tener un gran impacto en la reducción de infecciones, lo que subraya la importancia de cada aspecto en el cuidado de los más vulnerables.
Los responsables del estudio han señalado que esas intervenciones pueden y deben integrarse en las políticas de salud, tanto a nivel nacional como europeo. Este enfoque no solo se alinea con la estrategia «One Health», sino que subraya la necesidad de una acción coordinada que priorice la atención en residencias geriátricas, involucrando a todos los actores del sistema de salud.
La conclusión es clara: mejorar la atención y el uso responsable de antibióticos no solo es posible, sino que resulta ser una inversión imprescindible para garantizar la salud de las personas mayores y la sostenibilidad del sistema sanitario. La experiencia del proyecto IMAGINE reafirma que, con estrategias adecuadas, se puede aspirar a un futuro con menos infecciones y un mejor control sobre la resistencia a los antimicrobianos.


