La importancia de la alimentación y el ejercicio durante el embarazo es un tema que la ginecóloga Teresa Santa Cruz, de la Policlínica Gipuzkoa, resalta continuamente. Rompiendo con el arraigado mito de «comer por dos» y el consejo de mantener reposo, la evidencia actual subraya la necesidad de adoptar un enfoque activo y nutritivo para asegurar el bienestar de la madre y el desarrollo óptimo del bebé.
Una dieta equilibrada es fundamental para reducir riesgos como la anemia y favorecer un crecimiento intrauterino adecuado. Sin embargo, en España, muchas mujeres embarazadas no alcanzan las recomendaciones nutricionales esenciales, entre ellas el ácido fólico, yodo, hierro y diversas vitaminas. Para abordar estas deficiencias, la doctora Santa Cruz recomienda incluir en la dieta verduras de hoja verde, cereales integrales, productos lácteos y proteínas de calidad, además del consumo diario de frutas.
La higiene alimentaria también es crucial para prevenir infecciones como la listeriosis y la toxoplasmosis. La especialista aconseja evitar el consumo de carnes, huevo y pescado crudos, así como lácteos no pasteurizados y embutidos curados, resaltando la importancia de una preparación adecuada y limpieza de frutas y verduras.
Por otro lado, Santa Cruz aborda la suplementación y subraya que aunque se siga una dieta equilibrada, puede ser necesario complementar la alimentación para cumplir con los requerimientos nutricionales durante el embarazo. Ácido fólico, desde el periodo preconcepcional, junto con yodo, hierro y vitamina D, son algunas de las recomendaciones, ajustadas a las necesidades individuales de cada mujer.
El ejercicio físico, por su parte, está considerado como un aliado clave en la gestación. Actividades como caminar, nadar, hacer bicicleta estática, yoga y pilates adaptados son altamente recomendadas por sus beneficios en la mejora de la salud cardiovascular y muscular, además de su papel en la prevención de complicaciones como la diabetes gestacional.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomienda realizar actividad física moderada dos o tres veces por semana, adaptada a cada trimestre del embarazo. La doctora Santa Cruz recalca que deben evitarse los deportes de contacto y aquellas actividades con riesgo de caídas o impactos en el abdomen, manteniendo siempre una adecuada hidratación y previniendo temperaturas extremas. Ante cualquier síntoma preocupante, se debe consultar con un especialista.
En resumen, una adecuada combinación de nutrición y ejercicio adaptado es esencial para asegurar un embarazo saludable tanto para la madre como para el bebé. Santa Cruz concluye que una planificación estratégica en alimentación y actividad física puede marcar una significativa diferencia durante esta crucial etapa.