En una notable reaparición televisiva, Gerard Piqué se presentó en el programa «La revuelta», reconectando con el público y el presentador David Broncano después de una pausa de más de cuatro años. Este encuentro, cargado de anticipación, adquirió un cariz especial debido a la decisión de TVE de cancelar su especial de Navidad habitual en honor a Raphael, lo que añadió un valor agregado a la aparición de Piqué.
Durante el programa, la presencia de Piqué sirvió como plataforma para abordar el tema de la supuesta polarización ideológica de los espacios de entretenimiento en España, estimulando un debate sobre las etiquetas ideológicas asignadas a programas como “La revuelta” y “El hormiguero”, este último señalado por inclinarse hacia posturas derechistas el año pasado. Broncano aprovechó la ocasión para refutar estas percepciones, señalando la diversificación de su audiencia como un reflejo más auténtico de la sociedad.
Además, la discusión inclinó la balanza hacia el tema del financiamiento en la televisión pública, con Piqué argumentando a favor del presupuesto destinado a “La revuelta” comparándolo con los costosos derechos de retransmisión de eventos deportivos importantes como las finales de la Champions League. Esto subrayó una discusión más amplia sobre cómo se administran los fondos en la radiotelevisión estatal.
El debate sobre el presupuesto de producción del programa y su relación con la audiencia que atrae, contrastado con el impacto de los eventos deportivos, sirvió para que Piqué cuestionara las críticas sobre los costos asociados. Hizo hincapié en el valor y el trabajo detrás del programa, pidiendo una visión más matizada de lo que implica la producción televisiva y su financiación.
Con esta aparición, Piqué no solo demostró su vinculación con «La revuelta» sino que también contribuyó a una discusión más amplia sobre la narrativa y el entendimiento público de la inversión en entretenimiento y deporte en la televisión pública. Su intervención subrayó la importancia de tener debates informados y contextualizados sobre el valor cultural y el impacto de programas como “La revuelta”, más allá de la simple contabilidad de costos.