En la tarde del 13 de marzo de 2024 en Ciudad Real, Emiliano García-Page, jefe del Ejecutivo regional de Castilla-La Mancha, reconoció la relevancia de la región como un refugio de certidumbre y seguridad para las empresas durante la imposición de la Medalla de Oro de la Orden de la Cámara de Comercio de España y la Encomienda de la Orden de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Ciudad Real a Mariano León, expresidente de la Cámara de Comercio local y del Consejo de Cámaras de Castilla-La Mancha.
García-Page elogió a la clase empresarial por su contribución destacable al desarrollo tanto regional como nacional, y enfatizó la importancia de colaboración entre el gobierno regional y el sector privado. Afirmó que también el gobierno apuesta por la colaboración público-privada, que considera como las «dos caras de una misma moneda», para construir una región estable y brindar certidumbre a sus habitantes.
A su vez, el presidente regional se expresó en contra de los fanatismos y alertó sobre la pérdida de oportunidades resultantes de extremismos irracionales. En el horizonte está la firma del ‘Plan Adelante 2024-2027’, prevista para el 19 de marzo, con un fondo de aproximadamente 400 millones de euros, destinado a promover el desarrollo regional.
Entre las figuras notables presentes en la ceremonia se encontraban el vicepresidente segundo de la Junta, José Manuel Caballero; la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco; la delegada de la Junta en Ciudad Real, Blanca Fernández; y el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares.
García-Page también hizo mención a las secuelas de la crisis económica de 2007, considerándola «el mayor golpe a nuestra autoestima de la época democrática”. Desde esta crisis, indicó que surgieron tres tipos de populismos: social y económico, territorial y aquel que critica la representatividad de las organizaciones existentes. Reiteró la importancia de no abandonar sistemas que han demostrado ser exitosos a lo largo de las últimas cuatro décadas.
Resumiendo, el acto no solo sirvió para homenajear a figuras empresariales destacadas, sino también para subrayar la estrategia de desarrollo social y económico de Castilla-La Mancha basada en la estabilidad, la seguridad y una política de puertas abiertas a la inversión empresarial.
