Alberto Núñez Feijóo ha reafirmado su firme postura contra cualquier tipo de acuerdo de paz con Vladímir Putin mientras Rusia continúe su agresión en Ucrania. Según el presidente del Partido Popular, negociar en estas circunstancias solo podría resultar en un acuerdo que no haría justicia al pueblo ucraniano. Esta posición alinea a Feijóo con el Gobierno español y la mayoría de las naciones europeas, quienes insisten en que cualquier solución pacífica debe contar con la aprobación del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y garantizar la soberanía de Ucrania. El líder del PP ha subrayado la necesidad de que Europa mantenga una postura firme ante Moscú, advirtiendo que cualquier titubeo podría prolongar el conflicto y generar consecuencias aún más severas.
En otro orden de cosas, Feijóo ha criticado la reciente visita de Pedro Sánchez a Kiev, la cual coincidió con el tercer aniversario de la invasión rusa. El líder popular argumenta que Sánchez viajó sin presentar propuestas concretas, sugiriendo que su objetivo principal fue obtener visibilidad mediática más que impulsar verdaderas iniciativas sobre la situación en Ucrania. Asimismo, destacó que el presidente del Gobierno carece de un respaldo parlamentario sólido, insinuando que sus acciones son más impulsadas por intereses propios que por una genuina angustia por el destino de Ucrania. Esta crítica se inscribe en el contexto de creciente polarización política y falta de consenso en temas fundamentales para España.
Sobre las relaciones internacionales, Feijóo ha expresado su distancia con respecto a la política de Pedro Sánchez hacia Estados Unidos. Aunque reconoció la legitimidad de Donald Trump como presidente, criticó tanto las propuestas de aranceles como los acercamientos del Gobierno español a Putin en el contexto de Ucrania. En una reciente entrevista, Feijóo declaró que no se postraría ante Estados Unidos, pero que tampoco los insultaría, dejando claro su deseo por mantener un equilibrio diplomático que respete los intereses de España sin someterse a presiones externas. Esta postura refleja su enfoque pragmático hacia las relaciones internacionales y la necesidad de defender los intereses nacionales en un entorno global cada vez más complejo.