En un reciente discurso sobre la situación migratoria que mantiene en vilo a Canarias, el presidente del Partido Popular (PP), Feijóo, ha hecho eco de la alarmante situación de más de 5.500 menores no acompañados hacinados en centros de acogida. Esta problemática ha encendido los debates políticos, y el PP ha decidido tomar una postura firme respecto al balance entre solidaridad y seguridad.
Durante su intervención ante la Junta Directiva Nacional del partido, Feijóo hizo hincapié en la importancia de preservar la tranquilidad de los ciudadanos españoles en sus cotidianidades. Manifestó que los ciudadanos «tienen derecho a salir tranquilos a la calle», haciendo un llamado al respeto por los valores, la cultura, las creencias, y la seguridad tanto de mujeres como de homosexuales dentro del país.
La política en materia de inmigración del PP ha cobrado relevancia tras la disolución de las coaliciones autonómicas con Vox. Esto sucedió después de la decisión del PP de acoger a menores migrantes, una situación que obligó a Feijóo a defender con vigor la posición de su partido en lo que a seguridad se refiere. Aseguró que, aunque miles de inmigrantes han contribuido de manera positiva a la sociedad española, es fundamental mantener una línea dura contra aquellos que intentan adentrarse en el país con «malas intenciones».
En su trato con la crisis migratoria, Feijóo también criticó la falta de acción por parte del PSOE, acusándoles de no querer negociar con el PP. Las declaraciones de Feijóo subrayan lo que describe como exigencias de «sentido institucional» por parte del PP, en un momento clave en el que se discute la reforma de la Ley de Extranjería.
Este discurso refleja la compleja problemática que supone la gestión de la crisis migratoria en España, poniendo en evidencia la necesidad de encontrar un balance entre acoger a quienes buscan refugio y garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos españoles.
