En recientes declaraciones que han agitado el panorama político español, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular (PP), ha expresado su resistencia a presentar una moción de censura contra el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a pesar de considerar la medida como una herramienta potencialmente útil en el futuro cercano. Feijóo alegó que la compra de apoyos por parte de Sánchez ha comprometido la dignidad de los españoles, lo que ha añadido tensión al ambiente político especialmente volátil en la antesala de las elecciones europeas.
El 28 de abril, un día destacado por el anunció de Pedro Sánchez de permanecer en su cargo tras un periodo de reflexión, surgió la controversia. Feijóo criticó duramente al gobierno, señalando que el coste de mantenerse en el poder ha sido la dignidad nacional. A pesar de esto, el líder del PP ha descartado, por el momento, la posibilidad de una moción de censura, argumentando una falta de apoyo suficiente para asegurar un éxito. Con 137 diputados del PP, más el apoyo de Vox y UPN, suman un total de 171, quedando cortos frente a los 176 necesarios para alcanzar la mayoría absoluta en el Congreso.
Las declaraciones de Feijóo no solo han provocado réplicas dentro del PSOE, donde figuras como el secretario de Organización, Santos Cerdán, han cuestionado la estrategia del PP criticando su disposición a aliar con cualquier grupo con tal de alcanzar el poder, sino también han generado comentarios desde Sumar. Ernest Urtasun de Sumar ha calificado de nervioso al PP, sugiriendo que su actitud refleja la impotencia ante un gobierno progresista sólido y la disminución de sus propias expectativas electorales.
El debate sobre la posibilidad de una moción de censura versus la convocatoria a elecciones anticipadas pone de manifiesto el complicado equilibrio de poderes en España, así como las estrategias y dilemas a los que se enfrentan los líderes políticos en un escenario marcado por alianzas cambiantes y un electorado polarizado. A medida que se acercan las elecciones europeas, la tensión política en España continúa escalando, con el PP buscando maneras de contrarrestar lo que consideran tácticas cuestionables por parte del actual Gobierno para mantenerse en el poder.