En una edición que quedará para el recuerdo, el último debate de «Gran Hermano» en Telecinco sorprendió a la audiencia con un duelo verbal que superó todas las expectativas. Ion Aramendi, quien condujo esta edición, presenció cómo la noche que prometía ser de reconciliaciones entre los concursantes viró inesperadamente hacia un enfrentamiento épico.
Laura Galera y Lucía Rolek se convirtieron en las protagonistas de uno de los momentos más tensos y memorables del reality. Con las cámaras en pleno funcionamiento, Galera lanzó a Rolek una acusación que resonará por mucho tiempo en el legado del programa: «Tu concurso se ha basado en tener mi nombre en tu boca». Este comentario puso en evidencia la estrategia utilizada por Lucía durante su paso por la casa, consistente en alimentar el drama y ganar visibilidad a costa de la relación de Laura con otro concursante, Manu Vulcán.
La tensión entre las dos se palpitaba desde hace tiempo y alcanzó su punto culminante durante el debate. Aunque Lucía trató de defenderse, argumentando que los celos movían a Laura, la réplica de esta última fue tan acertada que dejó a Lucía sin palabras, un momento que fue ampliamente celebrado tanto por el público en el plató como en las redes sociales.
El pico emocional de la noche llegó cuando Laura exigió a Lucía que dejara fuera de sus comentarios a su madre, llevando el enfrentamiento a un nivel más intenso y personal. Laura culminó con una frase contundente que silenció a Lucía y provocó una ovación entre los presentes: «La que se ha comido los mocos eres tú».
Este enfrentamiento no solo se convirtió en un momento viral de la temporada, sino que también marcó el último debate de una edición especialmente conflictiva de «Gran Hermano». Además, destacó cómo, a pesar de las tensiones y rivalidades dentro de la casa, la relación entre Laura y Manu Vulcán emergió fortalecida, consolidándose como la única sobreviviente de este ciclo del reality.
Este inesperado desenlace añadió un momento inolvidable más a la cultura popular y a la historia de «Gran Hermano», demostrando una vez más cómo las dinámicas personales y los conflictos pueden generar situaciones que trascienden el espectáculo televisivo para convertirse en auténticos fenómenos sociales.