En un giro inesperado que ha sacudido los cimientos de la música europea, España ha anunciado su retirada del Festival de Eurovisión en respuesta a la confirmación de la participación de Israel en el certamen. Este jueves, desde la radiotelevisión pública española, RTVE, se ha dado a conocer la decisión, ecos de una controversia que ha estado cocinándose en las semanas previas y que culminó con un anuncio que pone de manifiesto las complejidades geopolíticas que pueden invadir los escenarios culturales.
El ambiente ya se presentía tenso en la 95ª Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) en Ginebra, donde las votaciones cerradas confirmaron el lugar de Israel en la competición. Ante este desenlace, España ha optado por una estancia ausente no solo en el evento principal que tendrá lugar en Viena el 16 de mayo de 2026 sino también en las semifinales programadas para días anteriores. Esta posición subraya la firmeza del país en sus convicciones, dejando a un lado una tradición que une a Europa a través de la música.
La medida, decidida previamente por el Consejo de Administración de RTVE en septiembre, se ha visto alimentada por declaraciones de José Pablo López, presidente de RTVE, quien expresó su descontento con el rumbo político que ha tomado este evento musical. López argumenta que Eurovisión está perdiendo su esencia, al estar dominado por intereses geopolíticos, una preocupación compartida por varios países que solicitaban una votación secreta respecto a la participación de Israel, propuesta que fue finalmente desestimada por la UER.
La decisión de la UER de continuar con la participación de Israel ha sido recibida con frustración por aquellos que esperaban un proceso más transparente y justo. En respuesta, la UER ha prometido adoptar medidas para reforzar la confianza y la neutralidad del festival. Sin embargo, desde RTVE estas acciones han sido catalogadas como “insuficientes”, destacando las crecientes preocupaciones sobre la instrumentalización de la política dentro del certamen, en especial en vista de la situación en Gaza.
El secretario general de RTVE, Alfonso Morales, también expresó su inquietud sobre la dificultad de preservar la neutralidad cultural de Eurovisión en el actual contexto geopolítico. Así pues, la comunidad internacional aguarda con anticipación la lista de participantes para el 70º aniversario de Eurovisión, un evento que, en esta ocasión, refleja el complejo entrelazado de la música y la política.
Este significativo paso atrás de España señala un momento crítico para Eurovisión, recordando a los aficionados y participantes que, más allá de la música, existen fuerzas mayores en juego que pueden influir en la dirección y el espíritu de uno de los eventos más queridos en el panorama cultural europeo.
