La disputa territorial entre los municipios de Cuenca y Albarracín escaló recientemente tras una controversia generada por una decisión del Ministerio de Política Territorial, avivando una antaña contienda por 2.000 hectáreas del monte El Entredicho, un área de importante valor ecológico ubicada en la frontera entre la Comunidad de Castilla-La Mancha y la Comunidad de Aragón. La resolución ministerial ha transferido la titularidad de estas tierras de Cuenca a Albarracín, causando malestar en el ayuntamiento de Cuenca, que ha expresado su intención de impugnar judicialmente la decisión.
Este conflicto, que tiene sus orígenes en el siglo XIX, ha estado en gran parte motivado por los cambios en el curso del río Tajo, que las localidades involucradas consideraban una división natural, otorgando la jurisdicción de El Entredicho a Cuenca. No obstante, las propuestas de Aragón para ajustar esta demarcación territorial han encontrado eco en el reciente dictamen del Ministerio de Política Territorial, alterando por vez primera los límites establecidos desde la promulgación de la Constitución de 1978.
El histórico desacuerdo se ha visto complicado, a pesar de los intentos de los municipios por alcanzar un consenso. Ahora, el Instituto Geográfico Nacional y el Consejo de Estado, cuyas opiniones fueron recabadas en enero, han favorecido la postura de Albarracín, señalando que la demarcación debería ser revisada para reflejar las propuestas actuales.
Por su parte, el Ayuntamiento de Cuenca, bajo la batuta del alcalde Darío Dolz, ha criticado duramente estos movimientos, desestimando los fundamentos presentados por Albarracín como insustanciales. A pesar de los esfuerzos por solucionar el asunto por la vía administrativa, y tras la publicación oficial de la resolución en el Boletín Oficial del Estado (BOE), Cuenca ha decidido llevar el caso a los tribunales.
Este caso no solo subraya la persistente problemática de las disputas territoriales en el país sino que además destaca la relevancia de preservar tanto el patrimonio natural como la identidad territorial en el marco de las leyes históricas y ambientales vigentes. A medida que se anticipa una contienda legal, las comunidades afectadas esperan que se llegue a una solución justa que respete los derechos e intereses de las partes involucradas, así como la integridad ecológica del monte El Entredicho.