El reciente estreno de la nueva temporada del programa «Fiesta» en Telecinco, presentado por Emma García, consiguió centrar todas las miradas el pasado sábado en las tardes televisivas españolas gracias a la promesa de una exclusiva sin precedentes sobre un miembro de la Casa Real. Según la presentadora, se trataba de una bomba informativa que había requerido más de un año de investigación y el análisis exhaustivo de más de 10.400 documentos, algo que incluso se llegaría a estudiar en los libros de historia.
La expectación creada no fue en vano, pues durante el programa, que contó con la participación del periodista Alejandro Entrambasaguas, especializado en la familia real española y reportando desde las inmediaciones del Palacio de la Zarzuela, se adelantó que el miembro de la Casa Real implicado estaba al tanto de la información a revelarse. Esta noticia prometida por Emma García en la introducción prometía tener unas «pruebas» que la avalaban y un «gran alcance internacional».
La exclusiva giró en torno a la reina Letizia Ortiz. No fue hasta la última hora de emisión cuando se desveló un vínculo genealógico sorprendente. Una investigación genealógica había descubierto una conexión de sangre entre doña Letizia y el rey Fernando II de León. Este hallazgo fue, según relató el periodista, resultado de una investigación encargada inicialmente por la abuela de la Reina, Menchu Álvarez del Valle, al investigador Javier Cordero.
No obstante, a pesar de la sorpresa mostrada en el plató, la revelación generó reacciones mixtas, especialmente en las redes sociales, donde varios usuarios apuntaron que la información no era tan novedosa como se prometía, indicando que ya era conocida desde hace años a través de diversos medios.
Esta situación ha generado un debate sobre la responsabilidad y rigurosidad en la presentación de exclusivas televisivas y el impacto de la expectativa generada en la audiencia. Mientras que hay quien critica la aparente falta de novedad en la exclusiva presentada, hay quienes defienden estas estrategias como una forma de mantener el interés del público en un entorno mediático altamente competitivo. Este episodio destaca una vez más la fina línea que existe entre el entretenimiento y la información en la televisión de hoy día, especialmente cuando se trata de temas tan sensibles como los que involucran a la Casa Real.