En una movida estratégica para gestionar su patrimonio, el Rey emérito Don Juan Carlos ha inaugurado una fundación en Abu Dhabi, donde reside desde agosto de 2020. Esta iniciativa, concebida junto a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, no solo busca promover la vasta trayectoria de casi cuarenta años de reinado de Don Juan Carlos a través de programas culturales y educativos sino también facilitar la estructuración y transferencia de su herencia.
La legislación en Emiratos Árabes Unidos ofrece claras ventajas para la operación de la fundación, incluyendo la anonimización de la titularidad de bienes y la confidencialidad en las normativas internas, dos factores críticos que aseguran una transición discreta del patrimonio a sus sucesores sin revelar identidades. Las infantas Elena y Cristina, miembros del patronato, juegan un papel crucial en la administración de los activos familiares, disfrutando de una posición privilegiada en la gestión del legado de su padre.
En contraste, cabe resaltar la decisión previa de Felipe VI y la Princesa Leonor de renunciar a cualquier futura herencia de Don Juan Carlos. Este gesto, que se oficializó públicamente en marzo de 2020 tras la revelación de la relación de Felipe VI con dos fundaciones vinculadas a su padre, destaca el esfuerzo por deslindar las actuales figuras reales de las controversias previas. Una de las fundaciones implicadas, la Fundación Lucum, creada en 2008, había recibido una donación significativa de 100 millones de dólares de Arabia Saudí, cuestionando la transparencia de dichos fondos, depositados en una cuenta suiza.
La fundación de Abu Dhabi ofrece a Don Juan Carlos y sus hijas un mecanismo para optimizar la gestión patrimonial, aprovechando tanto las ventajas fiscales de nula imposición a este tipo de entidades en Emiratos Árabes Unidos como la posibilidad de manejar sus activos con un alto grado de privacidad. Este enfoque de protección y transferencia patrimonial es frecuente entre individuos de considerable fortuna en jurisdicciones que favorecen la discreción y seguridad financiera de los grandes patrimonios.
Esta estrategia patrimonial, enmarcada dentro de las particularidades legales de Emiratos Árabes Unidos, refleja la búsqueda de un legado preservado en un contexto de máxima discreción y eficiencia fiscal, dejando un precedente en la gestión de grandes fortunas y la transferencia generacional de los activos.