En una reciente emisión del programa «De Viernes», se vivió un momento conmovedor y al mismo tiempo controversial, cuando Terelu y Carmen Campos, las hijas de la fallecida presentadora de televisión María Teresa Campos, participaron en un segmento televisivo dedicado a conmemorar el primer aniversario de su muerte. El tributo buscaba honrar el legado de una de las figuras más queridas y reconocidas del periodismo en España, cuya carrera fue celebrada en distintas cadenas, incluidas Televisión Española y Canal Sur.
El homenaje contó con un despliegue especial en la azotea de Mediaset, donde se instaló una alfombra roja y se exhibieron fotografías que resaltaban los momentos más significativos de la vida profesional y personal de María Teresa Campos. Ante la promesa de ofrecer un análisis detallado y emotivo sobre la vida de la presentadora, el público esperaba con interés compartir recuerdos e historias sobre sus experiencias y contribuciones al mundo de la comunicación.
A pesar de las buenas intenciones detrás del tributo, la participación de Terelu y Carmen Campos no fue bien recibida por una parte del público. La reacción en redes sociales fue inmediata, con numerosos usuarios expresando su descontento y acusando a las hermanas de aprovecharse del fallecimiento de su madre para ganar atención mediática y beneficio económico. Las críticas fueron duras, con comentarios que sugieren que la muerte de un ser querido nunca había sido tan explotada para el lucro personal.
Esta polémica ha generado un debate más amplio sobre cómo se aborda la memoria de personalidades públicas fallecidas en los medios y cuál es el límite ético en estos homenajes. Mientras que algunos consideran estos actos como una forma de respeto y reconocimiento al legado de grandes figuras, otros ven una línea peligrosamente borrosa entre el homenaje y la explotación. La conversación alrededor del especial de «De Viernes» ha subrayado la difícil tarea de equilibrar el deseo de recordar a los seres queridos con la percepción pública del uso de su imagen tras su muerte.
Más allá de la controversia, el episodio de «De Viernes» también incluyó segmentos variados, que ofrecieron contenido diverso a su audiencia. No obstante, el debate que ha surgido en torno al tributo a María Teresa Campos marca un momento significativo de reflexión sobre cómo la sociedad y los medios de comunicación gestionan el legado de sus íconos culturales.
