Henrique Barros Lopes, conocido en el mundo del fútbol como «Duk», se ha consolidado como una de las revelaciones en el inicio de LaLiga Hypermotion, transformando su llegada al Leganés en una historia de éxito inesperado. Después de un invierno complicado en el club, donde su participación fue casi nula, ha sabido aprovechar la oportunidad brindada tras el alejamiento de Dani Raba y la inconsistencia de Juan Cruz.
Desde su llegada, procedente del Aberdeen escocés por 480 mil euros, el valor de mercado de Duk ha ido en ascenso, alcanzando los 1.5 millones de euros y con un contrato que se extiende hasta 2027. Esto refleja no solo su rendimiento sobresaliente, sino también la confianza que el club ha depositado en él. A pesar de que el equipo aún no ha logrado obtener victorias en sus primeros partidos de la temporada, la aportación del extremo ha sido notable, sumando un gol y una asistencia en solo cuatro encuentros. Esto ha elevado las expectativas de los aficionados, quienes ven en él una luz de esperanza para revivir el sueño del regreso a la Primera División.
La llegada de Duk a Butarque se dio en un contexto de necesidad más que de planificación, ya que su fichaje no fue pedido explícitamente por el entrenador Borja Jiménez. En medio de un mercado de fichajes en el que otros delanteros estaban fuera de alcance, su incorporación pareció más una solución inmediata que una estrategia a largo plazo. Sin embargo, su esfuerzo y entrega en el campo han sido suficientes para ganarse el cariño de la afición, convirtiéndose en un ídolo local y en una pieza clave en la ofensiva del equipo.
En definitiva, la trayectoria de Duk en estos primeros meses es un claro ejemplo de cómo una oportunidad puede transformar la carrera de un jugador, haciendo de su historia en el Leganés un relato de superación y esperanza para todos los seguidores del equipo madrileño.