En un giro inesperado que podría alterar profundamente sus vidas, María y su familia se enfrentan a la revelación del testamento de Jesús, cuyos detalles han estado envueltos en misterio y especulaciones. La citación notarial recibida por María no es un simple trámite, sino el preludio de un cambio drástico que promete desafiar las bases de su existencia, tanto en el plano emocional como en el económico.
Los abogados ya han informado a Luis y Joaquín sobre la situación, pero Damián se encuentra en negación, incapaz de aceptar lo que se avecina. La dinámica familiar, ya cargada de tensión, se complica aún más ante la necesidad de involucrar a Andrés para que actúe como mediador en una coyuntura delicada, la asistencia de Julia al cumpleaños de Dign bajo condiciones polémicas. Este evento amenaza con ser el último golpe que desate un conflicto abierto y, posiblemente, irreconciliable entre los miembros de la familia.
Mientras la familia lidia con sus propios demonios, Don Fermín se encuentra sumido en la adicción al éter, un problema que Begoña empieza a percibir al notar la desaparición de los químicos. La preocupación sobre si la verdad detrás de la adicción de Don Fermín será revelada añade otra capa de complejidad a la ya complicada dinámica familiar.
El testamento parece ser el núcleo de varios misterios, con rumores sugerentes de que Jesús conocía secretos potencialmente destructivos para ciertas reputaciones. Este hecho pone a varias personas, incluida María, en una posición temerosa de las verdaderas implicaciones de lo que Jesús pudo haber dejado por escrito.
Por otro lado, Julia se encuentra entre la espada y la pared, en una encrucijada emocional que la obliga a elegir entre el rencor y la curiosidad. La posibilidad de asistir al cumpleaños de Dign bajo condiciones que considera humillantes representa un dilema moral, agravado por la incertidumbre de qué puede revelar el testamento sobre su propia situación y si este podría proporcionarle una oportunidad para la vindicación.
En este complejo tablero de intrigas familiares, cada miembro juega sus cartas con cautela, conscientes de que los secretos revelados y las decisiones tomadas pueden alterar para siempre el tejido de sus relaciones. La historia de esta familia nos recuerda que, en ocasiones, los legados van más allá de lo material, convirtiéndose en verdaderas pruebas de los lazos que nos unen.