En medio de crecientes inquietudes, los agricultores y ganaderos de Extremadura se encuentran en una situación crítica marcada por la reciente advertencia de Juan Metidieri, presidente de Apag Extremadura Asaja. Metidieri expresó su grave preocupación respecto al posible impacto del acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur en el sector agrícola español, considerando que este pacto supone una «puñalada más» a la agricultura local. Su declaración pone de relieve el descontento y la desesperación que reina entre los productores en la región, quienes sienten que sus intereses están en riesgo ante este tipo de convenios internacionales.
La manifestación llevada a cabo el pasado lunes en Madrid, donde miles de agricultores, muchos de ellos extremeños, se unieron para protestar contra el acuerdo, es un claro indicador del apoyo unánime entre los diferentes actores del sector agrícola. Durante la protesta, Metidieri destacó que la masiva asistencia al evento es una muestra palpable del consenso en contra de las condiciones del acuerdo. Además, el presidente de Apag Extremadura Asaja no escatimó en críticas hacia el ministro de Agricultura, Luis Planas, a quien acusó de haber traicionado los intereses del campo español, mencionando en particular las «43 mentiras» que, según él, se pronunciaron a comienzos de año.
La situación en Extremadura se agrava aún más con la reciente llegada de un brote de la enfermedad de la lengua azul que está afectando al ganado. Ante este panorama, la Junta de Extremadura ha decidido implementar ayudas específicas a través del Plan de Desarrollo Rural, con el objetivo de compensar a los ganaderos que se han visto perjudicados por la enfermedad. Este esfuerzo se alinea con las medidas adoptadas por el Parlamento Europeo, que ha acordado modificar ciertos fondos destinados a apoyar a las regiones que han sufrido catástrofes naturales.
Victoria Bazaga, portavoz del gobierno regional, enfatizó la importancia de utilizar estos fondos para proporcionar el respaldo necesario a los ganaderos que enfrentan la difícil situación provocada por la lengua azul. Esta estrategia demuestra un enfoque colectivo para mitigar los efectos de la crisis en el sector ganadero, y ofrece una luz de esperanza a los productores en una coyuntura tan compleja.
En conclusión, el campo extremeño está en una encrucijada, lidiando con amenazas externas relacionadas con el acuerdo Mercosur-UE y problemas internos derivados de la enfermedad de la lengua azul. Sin embargo, la respuesta solidaria de los agricultores junto con las iniciativas de apoyo del gobierno regional reafirman la resiliencia y determinación de este sector ante los retos que se presentan.