Bibiche, una modelo y azafata de eventos originaria del Congo y residente en Málaga, llegó al programa First Dates con una gran dosis de confianza. Desde el principio, no tuvo reparos en declarar que su belleza le había permitido abrir muchas puertas en la vida, e incluso se jactó de nunca haber enfrentado el rechazo por parte de un hombre. En el ambiente del restaurante, Carlos Sobera, el presentador, reflexionó sobre el amor, enfatizando que este no depende únicamente de una persona y sugiriendo que entregar el corazón puede llevar a encontrar a alguien especial.
La cita de Bibiche fue Ángel, un gaditano que también se presentaba como un joven seguro de sí mismo. Con una autoestima que desbordaba, no dudó en afirmar su atractivo y su simpatía, destacando que se quiere mucho a sí mismo y que tiene múltiples espejos en su casa. Sin embargo, lo que inicialmente prometía ser un encuentro interesante se tornó en un choque de egos y expectativas desiguales.
Desde el inicio, se hizo evidente que Bibiche no sentía atracción por Ángel, algo que su comportamiento no tardó en reflejar. Sus diferencias se hicieron más notorias a medida que la conversación avanzaba. Mientras ella comentaba su decisión de dejar el alcohol por considerarlo nocivo, Ángel optó por pedir una bebida con alta graduación. La respuesta de Bibiche fue contundente: “Yo, alcohólicos no, ¡eh!” parecían sellar la falta de química entre ambos.
A medida que la velada progresaba, la desconexión se hizo más palpable, y aunque la pareja intentó mantener una conversación, quedó claro que no congeniaban. El momento inesperado llegó cuando llegó la hora de decidir sobre una segunda cita. Para sorpresa de todos, incluido Bibiche, Ángel fue quien dio el primer «no». “He visto que no congeniamos”, fue su sentencia, dejando a la modelo en un estado de desconcierto total.
La reacción de Bibiche se convirtió rápidamente en un fenómeno viral en las redes sociales, donde miles de usuarios se sorprendieron de ver a una mujer que jamás había experimentado un rechazo. La expectativa de que una dinámica entre dos personas tan seguras se tradujera en una conexión romántica se desvaneció, revelando que incluso los más seguros de sí mismos pueden encontrarse con inesperadas sorpresas en el amor.