En Tomelloso, una ciudad labrada sobre más de 2000 cavidades subterráneas, el riesgo de colapsos que amenazan la estabilidad de viviendas y vías públicas ha encendido alarmas entre sus habitantes y autoridades locales. La ciudad, conocida por su prolífica historia en la extracción de arena y la creación de bodegas subterráneas durante el siglo XX, enfrenta un desafío geológico que podría replicarse en municipios cercanos como Argamasilla de Alba o Almodóvar del Campo.
A lo largo de los años, prácticas inadecuadas como el cegado de ventilaciones, rellenos incorrectos, y la acumulación de escombros han deteriorado estas estructuras subterráneas, ocasionando hundimientos preocupantes. Uno de los casos más recientes y alarmantes fue el colapso de una cueva en el barrio de La Esperanza, que provocó el derrumbe de cinco viviendas y afectó a varias calles, aunque, afortunadamente, sin pérdidas humanas.
Ante esta crítica situación, el Ayuntamiento de Tomelloso y la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) han estrechado lazos mediante convenios de colaboración enfocados en abordar esta problemática. El trabajo conjunto ha resultado en la cartografía de 206 cavidades, apenas el 10% del total, permitiendo identificar cuales necesitan intervenciones urgentes. Una de estas cuevas, ubicada en la Avenida Príncipe Alfonso, ha sido consolidada recientemente utilizando técnicas constructivas tradicionales que han restaurado el espacio para beneficio urbano.
Durante una reciente visita a la cavidad, una delegación del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM), junto a más de un centenar de estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la UCLM, observaron las soluciones implementadas, tales como la instalación de pilares que estabilizan la estructura del subsuelo. Estas técnicas son no solo efectivas sino también respetuosas con el entorno, minimizando el impacto energético y aprovechando materiales locales.
El interés por este proyecto se ha extendido más allá de las aulas y los talleres; recientemente se inauguró la exposición ‘Bajo Tomelloso, recuperación de las cuevas areneros’ en la demarcación de Ciudad Real del COACM. Dicha muestra, que incluye fotografías y planos, no solo busca concientizar sobre los riesgos inherentes a las cavidades subterráneas, sino también mostrar las soluciones aplicadas y fomentar un diálogo acerca de prácticas de recuperación similares que podrían utilizarse en otros contextos.
La decana del COACM, Elena Guijarro, reafirmó el compromiso del colegio para continuar apoyando la divulgación del problema y la búsqueda de soluciones, subrayando el riesgo real que estas cavidades representan para la seguridad pública. Con la innovación y cooperación como pilares, Tomelloso espera convertirse en un referente en el manejo de este tipo de desafíos urbanos, extendiendo su experiencia a otras ciudades que puedan enfrentar problemas similares.