Según un análisis independiente realizado por el consultor de comunicación Pablo Gracia con los microdatos de todos los barómetros del CIS del último año, el 2,8% de los castellanomanchegos cree pertenecer a una clase alta o media-alta. Por otro lado, el 49,6% se percibe como parte de la clase media, el 24,8% se considera de clase media-baja y el 14,1% dice encontrarse en la clase baja o pobre.
Además, un 5,9% de los encuestados en Castilla-La Mancha ha afirmado no creer en el concepto de ‘clases’ o que pertenecen a una clase distinta de las mencionadas anteriormente. Por otro lado, un 2,8% no ha querido o no ha sabido especificar a qué clase pertenece.
El análisis también revela que en general, las personas que viven en una capital tienen más probabilidades de sentirse de clase alta. Por ejemplo, en la comunidad autónoma de Madrid, el 10,5% de la población se percibe como parte de una clase alta o media-alta, siendo la región con mayor porcentaje en este sentido. En contraste, en comunidades como Galicia, un 15,7% se considera de clase baja o pobre.
En cuanto a otras variables analizadas, se observa que los ingresos del hogar y la edad también influyen en la percepción de clase. Por ejemplo, aunque los hogares con mayores ingresos tienden a autopercibirse como clase alta o media-alta, existen casos donde personas en hogares con ingresos más bajos también se consideran de clase alta. En cuanto a la edad, las personas más jóvenes tienden ligeramente a pensar que pertenecen a una clase superior.
En resumen, el análisis realizado por Pablo Gracia destaca la percepción subjetiva que tienen las personas de su clase social, mostrando que factores como los ingresos, la edad y la ubicación geográfica pueden influir en esta percepción. Los datos recogidos en Castilla-La Mancha y en otras comunidades autónomas reflejan la diversidad de interpretaciones que existen sobre el concepto de clase social.