La situación en el RCD Mallorca ha alcanzado un punto de crisis tras el enfrentamiento entre el jugador Dani Rodríguez y el entrenador Jagoba Arrasate. Este conflicto ha puesto de manifiesto un problema más profundo dentro del vestuario bermellón. Rodríguez, tras no ser incluido en el partido contra el Real Madrid, expresó públicamente su frustración hacia Arrasate. Aunque intentó retractarse, sus comentarios revelaron un sentimiento de descontento que parece compartido por otros miembros del equipo.
Según reportes de analistas deportivos, varios compañeros de Rodríguez han mostrado su apoyo hacia él, lo que indica un descontento generalizado con la dirección técnica del club. Los entrenamientos han estado marcados por tensiones, con altercados y discusiones entre jugadores clave, como Johan Mojica. El delantero Vedat Muriqi también ha manifestado su desacuerdo con las decisiones de Arrasate, contribuyendo a una atmósfera inestable que podría afectar seriamente las aspiraciones del Mallorca, que por ahora mira hacia un posible puesto europeo.
En este contexto de deterioro, la destitución de Jagoba Arrasate parece ser la única salida viable. A pesar de que la directiva confía en su capacidad, las crecientes divisiones dentro del plantel sugieren que su continuidad es insostenible. Si la situación no mejora en breve, Arrasate podría convertirse en el primer entrenador de LaLiga en perder su puesto esta temporada, un desenlace doloroso pero cada vez más probable.