El Congreso de los Diputados fue escenario de un notable revés para el Gobierno en una jornada marcada por la tensión política. El decreto ómnibus, que incluía una serie de reformas destinadas a impulsar sectores como el transporte, las pensiones y la fiscalidad, fue rechazado en una votación donde 177 votos se manifestaron en contra y 171 a favor. Esta situación se diferenció de la del año pasado, cuando el Ejecutivo logró el apoyo necesario, pero en esta ocasión, la coalición de Junts se unió al Partido Popular (PP) y Vox para oponerse al proyecto.
Entre las reformas propuestas había medidas cruciales para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Una de las más relevantes era la revalorización de las pensiones del 2,8% en línea con el IPC, con un límite establecido de 3.267 euros para las pensiones públicas. Además, se proyectaba un incremento del 6,5% en los ingresos provenientes de las cotizaciones sociales, que habrían alcanzado un total de 177.314 millones de euros.
La caída del decreto impacta significativamente el transporte público, ya que se eliminarán los descuentos en los servicios de Media Distancia, Cercanías, Rodalies y líneas de autobuses estatales que estaban vigentes hasta el 30 de junio. Asimismo, se descarta la introducción de un billete único para Cercanías a un costo de 20 euros, una medida que habría beneficiado a varias franjas de edad con tarifas reducidas.
Otro aspecto preocupante de la eliminación del decreto es la suspensión de la prórroga de un año en la ejecución de desahucios para hogares vulnerables, lo que genera incertidumbre entre aquellos que dependían de esta medida para mantener su hogar.
Tras el fracaso de la votación, el Gobierno evidenció su descontento con la postura del PP y Junts, enfatizando que el rechazo a estas medidas perjudica directamente a los pensionistas. En respuesta, el Partido Popular anunció su intención de proponer una ley que aborde la revalorización de las pensiones, aunque el proceso legislativo podría prolongarse, dejando así en el aire muchas de las mejoras prometidas por el Ejecutivo.
Este revés no solo frena reformas importantes, sino que también ilustra las complejidades de la política parlamentaria actual, donde las alianzas y los apoyos son esenciales para avanzar en iniciativas que persiguen el bienestar de la ciudadanía.