En Logroño, salir de pinchos no es solo una actividad recreativa, sino una auténtica experiencia cultural. La calle Laurel, epicentro de esta tradición, atrae a locales y visitantes que se deslizan de bar en bar, disfrutando de vínculos y sabores únicos.
Un lugar destacado en este recorrido es el Bar Soriano, un establecimiento que lleva más de cinco décadas ofreciendo uno de los pinchos más emblemáticos de la zona: el champiñón con gamba. Este bocado, aparentemente simple, destaca por su frescura y su sabor, convirtiéndose en una parada imprescindible para quienes buscan degustar la esencia de La Rioja.
El pequeño local del Bar Soriano, abierto desde 1972, se ha especializado en un único plato: champiñones frescos a la plancha, bañados en una salsa secreta y coronados con una gamba. La espera por degustar este manjar es parte del ritual, ya que se sirve caliente, justo momentos después de ser preparado. A pesar de la evolución del sector, este bar se mantiene firme en su tradición, siguiendo una fórmula que ha demostrado su eficacia: un servicio ágil y un producto de calidad.
La técnica detrás del pincho es crucial. Los champiñones son marcados en la plancha con aceite de oliva y sal antes de ser adornados con la famosa salsa y la gamba cocinada. Todo se sirve sobre una rebanada de pan sobado, convirtiéndose en un bocado jugoso y lleno de sabor. Por solo 1,50 euros, es posible disfrutar de esta delicia en Travesía de Laurel, 2, sin la necesidad de un menú extenso; la dedicación a un solo plato es en sí misma un atractivo.
No es de extrañar que este pincho haya llegado a ser tan reconocido, incluso el chef Francis Paniego, con dos estrellas Michelin, lo elogia como «una gozada». Su receta ha permanecido prácticamente inalterada en cinco décadas, priorizando siempre la frescura y la inmediatez en la preparación.
Visitar Logroño sin pasar por el Bar Soriano sería un error para los amantes de la gastronomía. Aunque a veces hay que esperar, cada bocado reafirma su estatus como uno de los lugares más icónicos de la ciudad. La experiencia de disfrutar de un champiñón con gamba en este bar resume lo mejor de la cultura del tapeo en La Rioja: tradición, calidad y buen sabor.