En el Hospital de León, un notable avance médico está transformando la vida de los niños con afecciones neuromotoras gracias al exoesqueleto pediátrico Atlas 2030. Esta innovadora tecnología ha devuelto la esperanza a muchos padres, como Paula, cuyo relato sobre la experiencia de su hija Elena ilustra el impacto positivo que este dispositivo ha tenido en su vida. Elena, que enfrenta una compleja afección neuromotora, ha comenzado a experimentar movimientos que antes parecían imposibles, lo que representa un cambio significativo no solo en su movilidad, sino también en su calidad de vida.
El Atlas 2030 se destaca por su capacidad de personalización, adaptándose a las necesidades específicas de cada niño. Esta característica es esencial para redefinir el enfoque de la rehabilitación para aquellos que luchan con discapacidades motoras. El dispositivo no solo busca facilitar la recuperación física, sino que también promueve la autoestima, permitiendo a sus usuarios soñar con una vida más autónoma y plena. La historia de Elena es sólo una de muchas que destacan cómo el Atlas 2030 puede brindar nuevas esperanzas a sus pequeños pacientes.
El diseño de este exoesqueleto lo convierte en una herramienta integral para la rehabilitación, capaz de ajustarse a los desafíos específicos de cada niño, desde la parálisis hasta el daño cerebral. Su implementación en estos casos permite que la autonomía y movilidad sean prioridades en el tratamiento, lo que a su vez tiene un efecto benéfico en la salud emocional de los pequeños. Hasta la fecha, seis niños en el Hospital de León han comenzado su rehabilitación con el Atlas 2030, logrando mejoras notables tanto en su movilidad como en su bienestar diario.
Con sus ocho motores sensorizados, el exoesqueleto no solo previene deformidades y mejora la musculatura, sino que también brinda a los niños la posibilidad de dar pasos de manera independiente, marcando un hito en su desarrollo motor. Además, el uso de esta tecnología representa un alivio considerable para los terapeutas y cuidadores, quienes a menudo enfrentan la carga de atención constante a las necesidades de estos pequeños.
Javier Sánchez, médico rehabilitador del hospital, destaca que el funcionamiento del exoesqueleto simula la marcha, proporcionando un enfoque de recuperación tanto activa como pasiva, adaptándose a las capacidades de cada niño. Este enfoque no solo beneficia la movilidad de los pacientes, sino que también enriquece su experiencia vital, abriendo nuevas perspectivas y oportunidades.
Desarrollado por Marsi-Bionics, una innovadora spin-off española del CSIC, el Atlas 2030 se posiciona como un referente en la rehabilitación pediátrica. Bajo la dirección de la reconocida científica Elena García Armada, este proyecto refleja un inquebrantable compromiso con la innovación y el bienestar infantil.
El éxito inicial del Atlas 2030 en el Hospital de León ha generado expectativas positivas entre los padres. Muchos, como Paula, ven este avance tecnológico como una puerta abierta hacia un futuro más prometedor para sus hijos, ofreciendo oportunidades de superación y crecimiento personal que antes resultaban inalcanzables. La introducción de esta tecnología podría expandirse pronto a más niños en el hospital y en otras instituciones, como el Hospital de El Bierzo, lo que ampliaría aún más su impacto en las comunidades locales.