España se haya una vez más en la mirada internacional debido a una demanda de 18.000 millones de dólares presentada por los supuestos herederos del Sultán de Sulu. Este nuevo episodio legal tiene lugar en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), y se centra en acusaciones contra España por obstruir la ejecución de un laudo arbitral de 14.900 millones de dólares en contra de Malasia. El laudo inicial había sido emitido por el árbitro español Gonzalo Stampa, quien posteriormente fue condenado en España por desobediencia luego de que su nombramiento fuera anulado por el país ibérico.
Esta complicada trama judicial se origina en disputas territoriales en la costa norte de Borneo y abarca decisiones legales emitidas en París, así como participaciones españolas que terminaron afectando el desarrollo del arbitraje inicial. La anulación del nombramiento de Stampa y las posteriores decisiones de España han llevado a los herederos filipinos a afirmar que se frustraron sus intentos de ejecutar el laudo contra Malasia debido a interferencias, lo que ha dado pie a esta reciente demanda ante el CIADI.
Así mismo, los tribunales neerlandeses se han pronunciado recientemente, fallando a favor de Malasia y negando la ejecución del laudo, agravando la situación para los demandantes. Por otro lado, Gonzalo Stampa enfrenta consecuencias personales y profesionales severas, incluyendo una condena de seis meses de cárcel y la prohibición de actuar como árbitro por un año.
El trasfondo de este conflicto remonta a un acuerdo territorial del año 1878 en la región de Sabah, y ha cobrado relevancia en los ámbitos mediático y político, especialmente por las acusaciones por parte de los herederos acerca de presiones políticas ejercidas por Malasia sobre España. Este nuevo capítulo jurídico no solo pone de relieve las complejidades de las disputas territoriales históricas sino también el papel de los arbitrajes internacionales y las relaciones entre los países involucrados.