La reciente DANA que afectó a Valencia ha dejado no solo un saldo trágico en términos de daños humanos y materiales, sino que también ha puesto de relieve la problemática de la desinformación mediática. En este contexto, Iker Jiménez, conocido por su programa «Horizonte» en Cuatro, ha sido objeto de críticas por la difusión de bulos relacionados con la situación de emergencia. A pesar de que la cadena hizo un esfuerzo por rectificar algunos de los rumores al emitir un especial de Informativos Telecinco al día siguiente, la estrategia de Mediaset parece seguir priorizando el contenido de entretenimiento, lo que ha contribuido a la confusión informativa.
La disparidad en la cobertura mediática por parte de Mediaset ha quedado claramente demostrada cuando los Informativos desmintieron un video presentado con relación a la DANA en «La mirada crítica», revelando que se trataba de un engaño. Durante un especial informativo conducido por Carlos Franganillo, Pedro Piqueras aprovechó para desmentir los mismos falsos rumores que habían sido difundidos previamente por Jiménez respecto a supuestos incidentes en el parking de Bonaire.
Esto no se limita solo a la gestión de la tragedia en Valencia, sino que también se extiende a otros ámbitos. En programas como «TardeAR», la presentadora Ana Rosa Quintana repitió un bulo que circulaba sobre el presidente Pedro Sánchez, afirmando que había dicho “Si quieren ayuda que la pidan”, una cita que nunca pronunció. Pese a los desmentidos, este tipo de desinformación continúa propagándose en diversos círculos mediáticos, a menudo reforzada por figuras populares de la televisión.
Al revisar la transcripción completa de sus declaraciones, se evidencia que Sánchez nunca se expresó de manera despectiva. En cambio, ofreció la ayuda del gobierno al afirmar: “Si necesitan recursos, que los pidan y ahí estará el gobierno”. La tergiversación de sus palabras solo sirve para perpetuar la polarización en torno a la gestión de esta crisis.
La situación en Valencia resalta la responsabilidad que tienen los medios de comunicación en momentos críticos. La popularidad de los programas de entretenimiento a menudo eclipsa la cobertura informativa rigurosa, dejando en cuestión la veracidad y la integridad informativa en tiempos de emergencia. Esta falta de coherencia en la forma de informar, donde el entretenimiento se antepone a la precisión, puede resultar en una percepción pública errónea que afecta la opinión y respuesta ante la crisis.
En un momento en que miles de personas sufren las consecuencias de la DANA, la proliferación de rumores y desinformación puede dificultar la construcción de una narrativa sólida y de apoyo. Los medios y comunicadores deben recordar su deber de informar con responsabilidad y contribuir a una comprensión precisa de los hechos, sin utilizar situaciones de crisis para promover divisiones o agendas personales.