El concejo de Ibias, en Asturias, se encuentra en una encrucijada entre el desarrollo turístico y la conservación de su rica biodiversidad. La propuesta de un teleférico turístico que conectaría con la antigua mina de Tormaleo, cerrada en 1998, ha generado un intenso debate en la comunidad. Liderado por la empresa Espacio Tormaleo S.L., el proyecto, valorado en 14 millones de euros y respaldado parcialmente por fondos europeos, busca transformar un área marcada por el declive económico y la despoblación en un nuevo atractivo turístico.
El planteamiento incluye la rehabilitación de una línea minera ya existente y un túnel de 600 metros para su uso como espacio expositivo. Jorge Pérez, uno de los promotores, argumenta que la reconstrucción del paisaje devastado por décadas de minería ofrece una oportunidad para revitalizar la economía local. La idea es atraer inversión privada, incluyendo capital de inversores turísticos de Andorra, con la promesa de un modelo sostenible que, según Pérez, no busca la masificación ni el beneficio a corto plazo.
Sin embargo, el proyecto no ha estado exento de críticas. Colectivos ecologistas, encabezados por Fructuoso Pontigo de la Coordinadora Ecologista d’Asturias, han expresado su firme oposición, calificándolo de «disparate». Señalan que la restauración de la mina, cuyo coste es de 50 millones de euros en fondos públicos, podría verse comprometida por la nueva infraestructura, que afectaría zonas críticas para especies como el oso pardo. Este argumento se complementa con la preocupación de que la apertura de un teleférico carece de respaldo suficiente por parte de un turismo efectivo en la región.
Por su parte, el Ayuntamiento de Ibias, aunque cauteloso, considera que el teleférico podría ser una solución para generar empleo y frenar la despoblación, que ha superado el 60% en las últimas cuatro décadas. Pese al apoyo mayoritario durante consultas vecinales, existen aún inquietudes sobre el impacto ambiental que un proyecto de esta magnitud podría causar. Las autoridades locales aseguran que se llevará a cabo una exhaustiva evaluación de impacto para garantizar la sostenibilidad del entorno.
Mientras el diálogo sobre el futuro de Ibias continúa, el concejo se halla en una tesitura difícil: optar entre una reactivación económica que respete el medio ambiente o arriesgar la preservación de su patrimonio natural. La decisión que se tome en los próximos meses podría tener implicaciones significativas para uno de los territorios más vulnerables de la comunidad asturiana.