La noche del 30 de diciembre de 2025 se convirtió en el escenario perfecto para mezclar la incertidumbre con una buena dosis de humor en el plató de «Y ahora Sonsoles». En este especial, se debatió un tema de crucial importancia para miles de conductores de toda España: la implementación de las nuevas normativas viales y el uso de las balizas V16, que serían obligatorias en pocas horas. Aunque muchos ya habían adquirido su baliza, la duda sobre si todos los modelos disponibles en el mercado serían válidos suscitaba inquietud.
El debate dio un vuelco cuando un dueño de ferretería, convertido en improvisado experto, aseguró que «cualquier modelo es válido», palabras que por momentos parecieron calmar los ánimos de los espectadores. Sin embargo, este alivio fue brevemente interrumpido por una advertencia crucial: al activar la baliza, se envía una señal a la Dirección General de Tráfico (DGT) después de 90 segundos, lo que subraya la importancia de no utilizar estas señales a la ligera.
El tono del programa cambió con la intervención del cómico Miguel Lago, quien intentó aportar un poco de humor a la situación. A pesar de ello, Pepa Romero, la presentadora, y otros invitados, recalcaron la seriedad del asunto. La seguridad vial es un tema delicado; como bien remarcó la abogada Teresa Bueyes, las bromas pueden tener consecuencias graves en la carretera. Jesús Rodríguez, un guardia civil con amplia experiencia, reiteró la importancia de este mensaje, enfocándose en el impacto humano detrás de cada decisión al volante.
A medida que las discusiones se sucedían, Miguel Lago pareció comprender la gravedad del asunto, destacando que «una baliza activa indica un accidente», y señaló la falta de difusión sobre el correcto funcionamiento de estos dispositivos. La introducción de las balizas V16 no solo busca actualizar las normativas viales sino también fomentar una mayor conciencia sobre la seguridad en la carretera, en un país donde los accidentes de tráfico siguen siendo una causa significativa de mortalidad.
La entrada en vigor de las nuevas reglas podría interpretarse como un paso más hacia una sociedad que valora la prevención y la vida humana por encima de todo. A pesar de las risas y las bromas, lo cierto es que la responsabilidad al conducir y el respeto por la seguridad de todos debe ser una prioridad inquebrantable. A medida que avanzaba la noche, quedaba claro que, más allá de la incertidumbre inicial, lo importante era recordar el valor de cada vida en la carretera.


