Con la llegada del buen tiempo, la naturaleza nos invita a disfrutar de actividades al aire libre. Sin embargo, las avispas pueden convertirse en un inconveniente durante las jornadas soleadas en el jardín. Afortunadamente, existen plantas que, además de embellecer el entorno, sirven como repelentes naturales.
La menta es una de estas plantas aliadas. Su aroma fresco es tolerado por los humanos, pero resulta insoportable para las avispas. Esta planta es fácil de cultivar, ya sea en macetas o directamente en el suelo, añadiendo un toque verde y aromático a cualquier espacio.
También destaca el romero, conocido por sus aplicaciones culinarias y medicinales. Con su penetrante fragancia, ahuyenta a las avispas y aporta un aire mediterráneo al jardín con su denso follaje y flores azuladas.
La citronela es otra opción efectiva. Muy utilizada en velas y repelentes, su característico olor a limón no solo aleja a las avispas, sino también a otros insectos molestos. Plantarla en el jardín puede convertir cualquier rincón en un refugio apacible.
La lavanda tampoco puede faltar. Su belleza y dulce fragancia son conocidas, pero también destaca por ser un potente repelente de avispas. Es resistente y fácil de cuidar, lo que la hace popular entre los jardineros.
Por último, el geranio se suma a la lista con sus colores vibrantes y abundante floración. No solo atrae a polinizadores beneficiosos, sino que también mantiene alejadas a las avispas gracias a su distintivo aroma.
Incorporar estas plantas en el jardín no solo realzará su estética, sino que también ayudará a crear un ambiente más agradable y libre de avispas, permitiendo disfrutar plenamente del aire libre.