Chigre Trendy: El Rincón Oculto que Encanta a los Erasmus


La luz dorada del atardecer se filtra suavemente a través de las ventanas de un pequeño chigre en el corazón de Oviedo, un lugar donde la sencillez y el sabor auténtico se entrelazan en un ambiente acogedor. Lejos de la ostentación de los restaurantes de alta gama y de las recomendaciones de viajes, Bar Campa se ha establecido como un punto de referencia para aquellos que buscan experimentar la cocina tradicional asturiana en su máxima expresión.

Ubicado en la histórica calle del Sol, este local, fundado en 1988 por José María Menéndez, es un testimonio de los bares de toda la vida que han resistido al paso del tiempo. En Bar Campa, no encontrarás decoraciones exageradas o menús recargados; su encanto radica en la calidad de los productos locales y en la frescura de sus preparaciones. Las tortillas esponjosas, el chosco de Tineo, las alitas crujientes y la carne guisada son solo algunas de las delicias que llegan a la barra, acompañadas por un murmullo de risas y conversaciones amenas.

La clientela habitual mezcla sus acentos y sabores, desde los vecinos de toda la vida hasta estudiantes Erasmus y profesionales del Hospital Central. Este local se ha convertido en un punto de encuentro donde todos pueden disfrutar de un ambiente familiar y honesto. A medida que se saborean los pinchos, es común ver a los comensales mojar su pan en salsas recién servidas, una experiencia que se convierte en un ritual cotidiano.

Uno de los atractivos adicionales de Bar Campa es su cerveza artesanal, conocida como «La Tocha». Este brebaje se ha transformado en un símbolo del local, convirtiéndose en el complemento ideal para los pinchos, especialmente durante los fines de semana. Un equipo de personas apasionadas lidera la barra, ofreciendo un servicio cercano y amigable. Con una sencilla pregunta, invitan a los clientes a disfrutar de otra ronda de pinchos o a llevarse a casa una tortilla entera.

Bar Campa es también un refugio para el que busca un lugar donde el tiempo parezca detenerse. Su horario ininterrumpido de 8 de la mañana a medianoche permite que tanto madrugadores como noctámbulos encuentren su espacio. Mientras otros establecimientos cierran a mediodía, este chigre permanece abierto, sirviendo a quienes quieran descansar tras hacer sus compras en el mercado o a los que anhelan un lugar donde el ambiente nunca decae.

No hay necesidad de modernidades ni decoraciones extravagantes; lo que realmente cuenta es el aroma a pan recién tostado y el sonido de los platos al llegar a la mesa. Bar Campa refleja la autenticidad de Asturias y se erige como un recordatorio de que los mejores sabores suelen encontrarse en los lugares más inesperados. Si te encuentras por Oviedo, déjate llevar: deviá del itinerario turístico y da un paso dentro de este acogedor chigre que promete una experiencia culinaria que se vive, no se anuncia.

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