El último debate de «Supervivientes 2025» se transformó en un enfrentamiento verbal sin precedentes entre algunos de sus concursantes más notables, en un episodio televisivo que mantuvo a la audiencia en vilo. Con Carlos Sobera al timón, el estudio fue testigo de una escalada de tensiones entre Makoke, Carmen Alcayde y Pelayo Díaz, que culminó en un esfuerzo por parte del presentador para reinstaurar el orden y el respeto entre los participantes.
La controversia comenzó cuando Pelayo Díaz, quien se ha forjado una carrera como estilista y colaborador televisivo en «Tardear», dirigió sus ataques verbales hacia Makoke, desafiándola constantemente y dejando poco espacio para la réplica. Sin embargo, fue su agresión verbal hacia Carmen Alcayde lo que intensificó el conflicto. Díaz acusó a Alcayde, reconocida por su rol como presentadora en «Aquí hay tomate», de evitar hablar sobre sí misma, prefiriendo en cambio centrar la atención en los demás.
Alcayde, defendiendo su honor, contraatacó las insinuaciones de Díaz, añadiendo más leña al fuego al ya candente ambiente del estudio. Carlos Sobera intervino en este punto, intentando apaciguar los ánimos al recordar a los concursantes sobre la importancia de la libertad de expresión y el respeto mutuo como valores fundamentales.
Además del enfrentamiento directo, las tensiones del debate revelaron las fricciones subyacentes en las relaciones entre los concursantes, especialmente en la forma en que Pelayo manejaba su interacción con Carmen a lo largo del programa. Se le criticó por minimizar el aporte de Alcayde al concurso, llamándola despectivamente “novia o representante de Montoya” y acusándola de ser «mentirosa», lo que sin duda exacerbó el ya tenso ambiente.
Este episodio no solo puso de relieve las clásicas rivalidades y la dinámica interpersonal compleja de «Supervivientes», sino que también enfatizó cómo las duras condiciones de la convivencia pueden revelar tanto lo mejor como lo peor de los participantes. Lejos de ser un mero recuento de las vivencias en la isla, el debate final se convirtió en una trama intensa y repleta de drama humano, capturando la atención de la audiencia hasta el último momento.