Durante las vibrantes celebraciones de agosto en una pintoresca localidad de Alicante, España, la tradicional festividad tomó un giro inesperadamente refrescante para Andrés Senabre, un reportero del programa «Mañaneros» de Televisión Española (TVE). Este día, que prometía ser uno más de fiesta y jolgorio, se convirtió en una jornada memorable tanto para Senabre como para los espectadores del programa, gracias a las peculiares tradiciones del municipio.
Con más de 80.000 litros de agua destinados para el evento, la festividad se ha conocido por ser una de las más emblemáticas en cuanto a celebraciones acuáticas se refiere. Andrés Senabre, reciente incorporación a TVE proveniente de «TardeAR», se sumergió —literalmente— en la cultura local intentando capturar la esencia de la festividad y recolectando testimonios de los asistentes. Lo que no anticipó fue convertirse en el objetivo de incontables cubetazos de agua por parte de los participantes, lo que añadió un desafío más a su labor periodística.
El momento cumbre de la cobertura tuvo lugar cuando, en plena transmisión en vivo, un cubo de agua impactó de lleno en el rostro del reportero. Esta inesperada ducha obligó a una rápida transición de regreso al estudio, donde el equipo, compuesto por Alberto Herrera y Ana Prada, no pudo contener las risas ante la situación. La petición de Senabre por una toalla y un poco de compasión, mientras se esforzaba por seguir con la transmisión, resaltó el buen humor y la profesionalidad del reportero bajo circunstancias poco convencionales.
El incidente no solo capturó el espíritu alegre y unificador de las festividades del verano español, sino que además puso de relieve la capacidad de los medios de comunicación para adaptarse y entregar contenido en condiciones extremas. La respuesta del público no se hizo esperar, y el episodio se hizo viral, haciéndose eco de la simpatía y admiración de la audiencia hacia la dedicación y buen humor de Senabre.
Finalmente, entre las memorables imágenes y anécdotas de esa jornada, Andrés Senabre recibió un reconocimiento espontáneo al ser nombrado, de manera humorística, como el ganador del «premio del directo del día» por su incansable esfuerzo y capacidad para mantenerse sonriente pese a las adversidades. Este feliz incidente ha quedado grabado en la memoria colectiva de las festividades de agosto, sirviendo como un recordatorio del valor de la alegría y la comunidad en la cultura española.