En el foco de la controversia mediática, Alejandra Rubio y José María Almoguera, primos y herederos del legado de Terelu Campos y Carmen Borrego respectivamente, enfrentan críticas y comparaciones derivadas de su comportamiento y decisiones en la órbita profesional y personal, especialmente en su trato con los medios de comunicación y cómo manejan la exposición de su vida íntima. Este debate salió a la superficie en una reciente entrega de «Vamos a ver», el programa matino de Telecinco, conducido por Joaquín Prat, poniendo a ambos jóvenes bajo el microscopio público.
Las diferencias entre cómo Rubio y Almoguera gestionan su imagen y vida públicas fueron puestos en contraste, resaltando la percepción de una mayor educación y compostura por parte de Almoguera en comparación con Rubio. Sin embargo, Alejandra se defendió con firmeza, enfatizando los límites que ha establecido respecto a compartir detalles de su vida personal y familiar. Ella argumentó que a diferencia de su primo, ella no ha buscado la fama a costa de revelaciones perjudiciales sobre su familia ni ha recurrido a participar en realities.
El evento también sirvió para reflexionar sobre las peculiaridades del mundo del espectáculo, con Rubio advirtiendo sobre la felicidad efímera que este mundo puede ofrecer. Subrayó la facilidad con la que se puede alcanzar la fama, sin considerar las repercusiones o el desgaste emocional que conlleva. Por otro lado, Rubio critica la hipocresía que puede existir en el ámbito televisivo y de los reality shows, expresando su disposición a comentar estos formatos pero rechazando la implicación de su familia en tales discusiones, demostrando su intención de compartir aspectos de su vida como un embarazo o una boda, pero alejados del negocio mediático.
Este episodio televisivo pone de manifiesto no sólo las discrepacias entre Rubio y Almoguera respecto a la fama y la exposición mediática, sino también las presiones y desafíos inherentes a crecer y vivir bajo el escrutinio público, navegando entre el deseo de mantener la privacidad y las demandas de una carrera en los medios.