En la reciente edición de «MasterChef Celebrity 10», los concursantes se enfrentaron a una desafiante prueba eliminatoria que generó gran expectativa. Inspirada en el conocido formato de “Un, dos, tres…”, la competencia giró en torno a la cocina internacional, convirtiéndose así en el campo de batalla que definiría el destino de los participantes en una noche repleta de emociones.
Desde el comienzo de la competencia, los aspirantes a chefs enfrentaron el reto con una mezcla de ansiedad y determinación, sabiendo que esta vez no habría equipos que amortiguaran los fallos individuales; estaba en juego el delantal negro, sinónimo de eliminación. Organizados en parejas, tenían como misión interpretar con maestría un plato icónico de un país asignado al azar. La tensión era palpable, no solo por la lucha contra el reloj y el rival, sino también por el premio en juego: 4,000 euros a donar a la ONG que el ganador eligiera, un aliciente poderoso que elevaba aún más las apuestas.
En este escenario, Alejo Sauras y Mariló Montero destacaron notablemente, siendo Montero quien finalmente se alzó con la victoria gracias a su exquisita realización de un platillo asiático que enamoró al jurado. No obstante, la velada estuvo marcada por las advertencias directas a algunos participantes, entre ellos Rosa Benito, Jorge Luengo, Masi y Torito, a quienes se les urgía a superarse y afinar sus destrezas culinarias.
El momento cumbre de la noche llegó con el anuncio del eliminado: el ilusionista Jorge Luengo tuvo que despedirse de la competencia tras presentar un ramen que, en lugar de evocar los sabores de Tailandia, se quedó corto y alejado del reto propuesto. Las críticas de Jordi Cruz resonaron con especial dureza, señalando la falta de ingredientes clave y frescura en su plato. A pesar del duro golpe, Luengo mostró su lado más filosófico y agradecido, reflexionando sobre su esfuerzo y el aprendizaje obtenido a lo largo del programa.
Este episodio no solo concluyó con la partida de uno de sus más carismáticos concursantes, sino que también reafirmó la rigurosidad y el nivel de exigencia que «MasterChef Celebrity» demanda. Aquí, los retos culinarios van más allá de simplemente cocinar; son un verdadero test de habilidad, creatividad y resistencia emocional. Y mientras el concurso avanza, queda claro que en esta cocina, solo los verdaderamente preparados lograrán permanecer hasta el final.