El inicio de la temporada para Osasuna ha estado marcado por la irregularidad, mientras el nuevo técnico, Alessio Lisci, intenta establecer su estilo en el equipo. La reciente victoria sobre el Rayo Vallecano brindó un alivio a los aficionados, permitiendo al equipo obtener su segundo triunfo de la campaña y situarse en la mitad de la tabla.

A pesar del buen resultado, los jugadores están en proceso de adaptación al modelo de juego de Lisci, que aboga por un enfoque vertical y ágil. Esta propuesta, aunque prometedora, ha presentado momentos de desorganización, generando ciertas críticas entre los seguidores, aunque la mayoría respalda la visión del entrenador italiano.

Uno de los jugadores que ha generado inquietud es Juan Cruz, quien ha enfrentado desafíos en su adaptación, cometiendo errores en momentos críticos. En este contexto, el canterano Jorge Herrando, de 24 años, aparece como una alternativa viable en la defensa. Su consistencia en el campo podría ser clave, especialmente ante la inminente ausencia de Enzo Boyomo, quien se unirá a la selección para disputar la Copa África.

Lisci busca infundir un sello distintivo en el equipo, reminiscentes de su etapa en el Mirandés, donde logró llegar a una final de ascenso. Las jugadas del equipo revelan una intención clara, tal como se vio en el partido contra el Rayo, donde la ejecución fue notable. No obstante, la defensa ha mostrado algunas vulnerabilidades, lo que ha generado preocupación. Encontrar un balance entre la solidez defensiva y la creatividad en el ataque se convierte en un reto importante.

A pesar de las dos victorias y otras tantas derrotas en este arranque de la temporada, los aficionados parecen mantener la ilusión y esperan ver cómo evoluciona el equipo bajo la tutelaje de Lisci en el futuro cercano. La dinámica del equipo sugiere que el camino hacia una temporada más sólida y consistente aún está en construcción.