La afición del Valencia CF ha mantenido durante años una relación tensa con su propietario, Peter Lim, quien llegó al club hace más de una década con promesas de progreso que nunca se concretaron. Desde aquel entonces, los seguidores han expresado su deseo de que el empresario de Singapur abandone la dirección del club, creyendo firmemente que un nuevo dueño podría ofrecer un futuro más prometedor. Recientemente, surgieron rumores de que su salida estaba próxima, impulsada por el interés de varios grupos inversores, pero este proceso se ha estancado, reavivando las discusiones sobre su figura entre los aficionados.
Bajo la gestión de Lim, el enfoque ha estado en reestructurar la deuda del Valencia CF con la esperanza de atraer compradores interesados. Este intento incluye un acuerdo estratégico con Goldman Sachs y un esfuerzo por reanudar las obras del Nuevo Mestalla, un activo crucial para el futuro del club. En el ámbito deportivo, la llegada de Carlos Corberán al banquillo ha traído buenos resultados, y la reciente incorporación de jugadores destacados busca elevar la valoración del club en el mercado, facilitando así una eventual venta.
Sin embargo, Lim ha establecido un precio mínimo de 400 millones de euros para vender el Valencia CF. Esta cifra ha generado escepticismo entre los posibles compradores, quienes consideran que la deuda acumulada puede elevar el costo total de la operación a cerca de mil millones de euros. A pesar de la imagen renovada que busca construir Lim, los aficionados continúan esperando que su gestión llegue a su fin, anhelando un cambio que les permita soñar con un nuevo capítulo en la rica historia del Valencia CF.