En España, el drama de los incendios forestales ha escalado a proporciones alarmantes, convirtiéndose en un tema obligado de discusión en diversos foros y medios de comunicación, entre ellos el programa La Sexta Xplica. Durante su última entrega, el espacio dio voz a Afra Blanco, una testigo directo de la devastación causada por el incendio de Quiroga, en Galicia. Las imágenes y relatos compartidos por Blanco no solo capturaron la gravedad de la situación, sino que también evidenciaron el profundo impacto emocional que estos desastres generan en quienes los viven de cerca.
«Este podría ser el peor año de incendios en España en las últimas tres décadas, después de vivir un agosto extraordinariamente devastador», alertó Antonio Pérez Lobato, al poner sobre la mesa una perspectiva científica que subraya la magnitud de este desafío. De acuerdo con su análisis, las llamas han consumido enormes extensiones de territorio, afectando la vida diaria y el bienestar de comunidades enteras a lo largo y ancho del país.
Afra Blanco, desde su experiencia personal luchando contra las llamas, expresó su indignación. Denunció que, a pesar de las constantes advertencias de profesionales y vecinos sobre la falta de cuidado de los bosques, con una maleza que crecía descontroladamente y representaba una amenaza real no solo para las carreteras sino para la seguridad de las personas, poco o nada se hacía para remediarlo.
Lejos de limitarse a un análisis superficial, Blanco utilizó su intervención para lanzar una crítica contundente hacia la gestión de los incendios y la falta de transparencia. «No se pueden apagar los incendios negando el cambio climático o escondiendo la realidad. En Galicia, se han ignorado 400 incendios», declaró, reflejando una profunda frustración con la respuesta a la crisis. Además, hizo énfasis en la importancia de contar con personal capacitado y debidamente equipado, rechazando la noción de que los incendios se extinguen por intervenciones milagrosas.
La intervención de Blanco es un llamado a la toma de conciencia y a la acción. Subraya la necesidad de oír y atender las advertencias y peticiones de las comunidades afectadas, que, conocedoras de su entorno, han sabido de los riesgos mucho antes de que estos se materialicen en tragedias. La crisis, por tanto, no solo exige respuestas inmediatas, sino también un compromiso a largo plazo con una gestión más responsable y sostenible del medio ambiente.
La situación planteada por Afra Blanco y otros expertos evidencia que el combate contra los incendios forestales comienza mucho antes de que las llamas sean visibles. Ante un patrón recurrente de desatención y olvido, se hace indispensable aprender a escuchar y actuar de manera preventiva. Solo así podremos enfrentar un desafío que, lejos de ser puntual o aislado, se presenta como una amenaza constante y creciente.