Las calles de Pamplona se preparan para transformarse en un mar de blanco y rojo con la llegada de los Sanfermines 2025. Este fenómeno, que congrega a más de un millón y medio de personas, es un explosivo cóctel de tradición, fiesta y caos organizado que se desarrollará del 5 al 15 de julio. El casco antiguo de la ciudad será el escenario de encierros, conciertos con artistas destacados como Leire Martínez y Rozalén, y una serie de actividades que desbordarán de emoción a residentes y visitantes.
A partir de la noche del 5 de julio, Pamplona dejará de ser lo que conocemos. El tráfico privado será restringido en el Casco Antiguo y el parque de Aranzadi, con cortes en importantes arterias de la ciudad como San Ignacio, Cortes de Navarra y la Bajada de Labrit. Los cambios no solo afectarán la movilidad; el estacionamiento también se verá alterado, convirtiendo toda la ciudad en zona naranja permanentemente. Solo los residentes podrán acceder a aparcamientos en el corazón de Pamplona, mientras las grúas estarán listas para retirar vehículos que no respeten las nuevas normas, con la única excepción para autocaravanas en un solar específico.
La logística también se ajustará a las circunstancias festivas. El 6 de julio, el día más esperado, las entregas de mercancías estarán restringidas a franjas horarias muy concretas. Durante los espectáculos pirotécnicos, calles como la Vuelta del Castillo y la avenida del Ejército se cerrarán entre las 22:00 y las 3:00 de la madrugada. Las autoridades municipales enfatizan la importancia del civismo y las recomendaciones de seguridad, destacando que el uso de vasos reutilizables será obligatorio.
Con estas restricciones, el consejo general es claro: evitemos el uso del coche particular. En su lugar, los parkings disuasorios gratuitos y el transporte público serán fundamentales para facilitar el desplazamiento. Las villavesas, autobuses urbanos de la ciudad, aumentarán sus frecuencias, mientras que la estación de Yanguas y Miranda se convertirán en puntos neurálgicos para acceder a la festividad. Para aquellos que viajen desde otras ciudades, empresas como Alsa y Monbus ofrecerán rutas especiales, y los taxis locales estarán disponibles sin interrupción.
A medida que se acerca el Chupinazo, símbolo del inicio de estos días de euforia, el ambiente festivo ya se siente en Pamplona. En medio del bullicio de las peñas, el sonido de los cohetes y una variada oferta musical, la ciudad se metamorfosea en un universo paralelo donde, por nueve intensos días, las rutinas cotidianas parecen desvanecerse, aunque la seguridad y la logística trabajan incansablemente para garantizar que la experiencia sea mágica y segura.