El español es un rico tapiz de dialectos, acentos y expresiones que cambian de una región a otra. Entre las peculiaridades del idioma, las comunidades de Aragón y La Rioja destacan con frases que, si bien pueden ser cotidianas para sus habitantes, a menudo resultan desconcertantes para el resto del país. A veces, estas expresiones pueden incluso parecer ofensivas a quienes no están familiarizados con su uso local.
En Aragón, la palabra «desustanciao» se ha convertido en un distintivo léxico. Este término ingenioso se utiliza para describir a alguien que carece de gracia o entusiasmo. Aunque no es un insulto severo, su uso es tan común que muchos aragoneses la emplean sin pensar. Se puede escuchar en situaciones cotidianas, como cuando alguien dice: «No seas tan desustanciao y sal de casa», o al expresar descontento por un plan aburrido: «Esta quedada está desustanciao, habría que animarla». Curiosamente, «desustanciao» también puede referirse a un plato sin sabor. Esta dualidad en el uso refleja la riqueza del lenguaje aragonés, que se caracteriza por su franqueza y colorido.
Por su parte, La Rioja cuenta con la curiosa expresión «tabarra», que se refiere a una persona pesada o insistente. Si un riojano proclama «Eres un tabarra», está manifestando su exasperación ante la insistencia de esa persona. Aunque el término no es exclusivo de La Rioja —también se escucha en algunas zonas de Navarra y Aragón— su uso es particularmente frecuente en esta comunidad, donde puede ser interpretado erróneamente por los forasteros como un insulto. Sin embargo, en su contexto local, «tabarra» combina irritación con un toque de humor, demostrando la creatividad del habla popular.
Estas expresiones, aunque a veces provocan reacciones adversas en otras regiones, son parte esencial del patrimonio lingüístico de Aragón y La Rioja. Reflejan no solo la inventiva del habla cotidiana, sino también la idiosincrasia de quienes las utilizan. La franqueza de «desustanciao» y la ironía de «tabarra» son ejemplos perfectos de cómo el lenguaje evoluciona para capturar las emociones y experiencias de sus hablantes.
En última instancia, estas expresiones únicas—intencionalmente incomprendidas por algunos y siempre ricas en significado—dan color y personalidad a la forma de comunicarse en cada rincón de España.