La reciente intención de fusión entre BBVA y Banco Sabadell ha tomado un rumbo imprevisto tras la aceptación de un recurso por parte de la Audiencia Nacional. Esta decisión se ha producido a raíz de la negativa de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de admitir la voz de 79 entidades que se oponen a la operación. Con este nuevo desarrollo, la operación, ya de por sí compleja debido a los diversos obstáculos regulatorios y políticos, se enfrenta a un nuevo desafío judicial.
El magistrado Eduardo Menéndez ha decidido poner el recurso bajo examen, lo que podría llevar a mayores retrasos en la fusión. Aunque no hay precedentes claros sobre el efecto que esta intervención judicial podría tener, se refleja un escenario en el que la operación se desarrolla en múltiples frentes, con el BBVA defendiendo la viabilidad de la absorción y sus opositores tratando de salvaguardar la independencia del Banco Sabadell.
En el ámbito administrativo, la CNMC continúa con su evaluación en la fase dos del análisis, el cual determinará la viabilidad de la fusión y las condiciones bajo las cuales podría llevarse a cabo, o si por el contrario, debería ser prohibida. Este proceso, que se inició hace cuatro meses, mantiene en un estado de alerta a los mercados, dado que el dictamen del regulador será crucial para el futuro de la operación.
Además de esto, Foment del Treball ha solicitado medidas cautelares que podrían suspender temporalmente la opa. Si bien la Audiencia Nacional aún no ha creado una pieza separada para examinar esta solicitud, se anticipa que lo hará en los días venideros, abriendo así un plazo de alegaciones que podría dilatar aún más la resolución de la fusión.
Los argumentos de la patronal catalana en favor de su intervención destacan un “interés legítimo” por la estabilidad del sector bancario en Cataluña, enfatizando la preocupación por el impacto que la concentración bancaria podría tener en las pequeñas y medianas empresas y su acceso al crédito. Estas inquietudes han sido también manifestadas por la Cámara de Comercio de Sabadell, que teme que la fusión reduzca la competencia y las opciones financieras disponibles para el tejido empresarial local.
Por su parte, el consejero delegado del Banco Sabadell, César González Bueno, ha expresado su punto de vista sobre la reestructuración del sector bancario en Europa. Durante su intervención en un reciente encuentro de finanzas, argumentó que las fusiones a nivel nacional pueden socavar la competencia, y defendió que la única forma de fortalecer a los bancos europeos es mediante integraciones transfronterizas que les permitan competir con los grandes actores del sector en Estados Unidos. La situación sigue desarrollándose, capturando la atención de todos los actores implicados y del mercado en general, mientras la incertidumbre respecto al futuro de la operación persiste.