La Comisión Europea ha presentado un ambicioso plan que busca fortalecer la defensa del continente, con una inversión potencial de hasta 750.000 millones de euros. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, hizo el anuncio durante una comparecencia en Bruselas, donde destacó la creación de un fondo especial que destinará 140.000 millones de euros en préstamos a los Estados miembros. Estos recursos también servirán para proporcionar apoyo a Ucrania en su conflicto con Rusia.
La estrategia propuesta por Von der Leyen se basa en cinco pilares fundamentales. Uno de los aspectos más destacados es la propuesta de excluir los gastos en defensa del cálculo de las políticas fiscales, así como la reubicación de fondos estructurales no utilizados para reforzar la seguridad del bloque europeo. «Europa debe actuar con decisión. La estabilidad no se logra sin una capacidad de defensa sólida», enfatizó la mandataria.
El próximo paso en la implementación de este plan será la cumbre informal que se llevará a cabo en Bruselas. En esta reunión, convocada por António Costa, presidente del Consejo Europeo, los líderes de los 27 países de la UE analizarán el futuro de la seguridad en el continente. Además, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha recibido una invitación para participar en el foro y discutir el respaldo europeo a su país en un momento crítico, sobre todo ante la incertidumbre respecto a la ayuda militar estadounidense.
La preocupación por el papel de Estados Unidos en la defensa europea ha aumentado tras la decisión reciente del presidente estadounidense de suspender el envío de asistencia militar a Ucrania, una medida que se ha enmarcado dentro de un conflicto político interno. Von der Leyen ha instado a la Unión Europea a asumir un papel más proactivo en la construcción de su propia seguridad.
Más adelante, el 20 de marzo, la Comisión Europea planea presentar el «Libro Blanco de Defensa», un documento que incluirá medidas para incrementar el gasto militar de manera coordinada, fomentar la adquisición conjunta de armamento y modificar normativas fiscales que faciliten el fortalecimiento de la seguridad en el continente. Con esta estrategia, Bruselas aspira a reducir la dependencia de aliados externos, mejorar su capacidad de respuesta ante amenazas y establecer una defensa común más robusta y autónoma.
Los líderes europeos tienen la tarea de discutir estas iniciativas clave en un contexto marcado por la incertidumbre sobre la ayuda de Estados Unidos, un factor que añade complejidad a la seguridad en Europa. La respuesta ante estos desafíos será crucial para el futuro del bloque y su posicionamiento en un mundo cambiante.