El apoyo del Partido Popular de Madrid al musical «Malinche», creado por Nacho Cano, ha desatado un fuerte debate político y social. La iniciativa del PP se traduce en autobuses gratuitos que facilitan el acceso de los ciudadanos desde diversos municipios bajo su gobierno, ofreciendo además entradas a precios reducidos y promociones en el consumo dentro del recinto del espectáculo. Localidades como Paracuellos del Jarama, Pozuelo y Galapagar están entre las que se benefician de esta campaña, lo que ha llevado a la oposición, encabezada por Más Madrid, a acusar al partido de mal uso de los recursos públicos. Los críticos señalan que, mientras se promociona el musical, se ha reducido el espacio para la crítica en medios municipales, priorizando la publicidad del evento.
La relación entre la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y el propio Nacho Cano ha sumado leña al fuego de la controversia. La Asamblea de Madrid, controlada por el PP, recientemente bloqueó la comparecencia de Cano en una comisión centrada en acusaciones sobre la explotación laboral de becarios en la producción de «Malinche». La oposición ha calificado esta decisión como un intento de proteger al artista de la investigación, alegando que las críticas en su contra tienen un trasfondo político.
Paralelamente, Cano se enfrenta a investigaciones judiciales por la presunta contratación irregular de artistas extranjeros. Según se sostiene en la investigación, hasta una veintena de jóvenes mexicanos fueron empleados sin los permisos pertinentes, lo cual podría haber vulnerado las normas de estancia en la Unión Europea. La acusación implica que estos trabajadores habrían recibido sueldos inferiores a los establecidos, tras un corto periodo de formación para formar parte del musical.
A pesar de la tormenta mediática y judicial, Cano ha arremetido contra el Gobierno central, alegando que las acusaciones en su contra son parte de un complot debido a su apoyo a Ayuso. Ha afirmado que su carrera, que abarca más de cuatro décadas, ha estado dedicada a generar empleo y promover la cultura española, y asegura que no se dejará amedrentar por las acciones judiciales.
Este respaldo al musical ha avivado un intenso debate en torno al uso de recursos públicos para promover iniciativas privadas. Los defensores de Ayuso destacan la labor de promoción cultural y la creación de empleo que representa «Malinche», mientras que la oposición critica la falta de transparencia y la posible utilización política del espectáculo. El apoyo del PP al transporte y el acceso al musical desde sus bastiones es considerado por muchos como un intento de reforzar la imagen de Ayuso, estrechamente ligada a Cano.
En un contexto político ya de por sí tenso en la Comunidad de Madrid, Ayuso se enfrenta a acusaciones de prácticas clientelistas, mientras que Cano ha utilizado la controversia para defender su trabajo. Así, «Malinche» se ha convertido en un símbolo de la polarización política en la capital, donde la cultura no solo entretiene, sino que también se posiciona en el centro de un conflicto entre acuerdos y discrepancias.