En una conmovedora reunión televisiva en el programa «Lo de Évole», conducido por Jordi Évole, se vivió un inesperado y emotivo encuentro entre dos figuras claves de la gestión de la crisis sanitaria causada por el COVID-19 en España. Fernando Simón, quien se convirtió en un rostro habitual para los ciudadanos durante la pandemia a través de sus informes, y Salvador Illa, quien ocupó el cargo de ministro de Sanidad, se reencontraron en el plató, reviviendo momentos significativos de aquellos difíciles tiempos.
La sorpresa de la noche fue la aparición de Salvador Illa, que hasta ese momento no había sido anunciado como invitado. Esta incorporación inesperada generó un momento cargado de emoción, especialmente para Simón, quien exclamó entre risas y asombro: «¡Esto ha sido una trampa!», al ver entrar a su antiguo colega. La sorpresa dio paso a un cálido reencuentro que sirvió como testimonio del fuerte vínculo forjado entre ambos durante el combate a uno de los mayores desafíos sanitarios contemporáneos.
Durante la conversación, ambos compartieron cómo la confianza mutua y el respeto fueron fundamentales en su colaboración. Illa elogió a Simón, describiéndolo como una persona de profunda serenidad, con una habilidad natural para comunicar conceptos complejos de manera comprensible, lo que facilitó una conexión inmediata entre ellos desde su primer encuentro. «Es un tipo atlético, de ojos azul profundo, que te mira a los ojos, sereno y con una capacidad extraordinaria para explicar conceptos muy complicados que yo desconocía. Me cae bien. Conectamos», recordó Illa.
Fernando Simón, por su parte, no dudó en resaltar las cualidades de Illa como una persona excepcional, destacando su inteligencia y compromiso. «Ha demostrado que el dicho: ‘¡Todos los políticos son iguales!’, no tiene ninguna base. Es muy inteligente, reflexivo, que es capaz de aprender conceptos complejos mucho más rápido que el resto», señaló, subrayando además su habilidad para asumir responsabilidades con integridad.
El reencuentro proporcionó una oportunidad para que ambos reflexionaran sobre la gestión de la pandemia, compartiendo sus experiencias personales y profesionales durante una crisis que no solo los marcó a ellos, sino también a todo el país y al mundo. Este emotivo episodio en «Lo de Évole» no sólo celebró la amistad y el compañerismo surgidos en tiempos de adversidad, sino que también enfatizó la importancia de la preparación, el liderazgo compasivo y la unidad frente a futuras crisis sanitarias.