La reciente conmemoración del 50 aniversario de «España en libertad», organizada por el Gobierno de España, ha desatado una ola de críticas por parte de la Junta Democrática de España. Esta organización ha expresado su desacuerdo con la narrativa oficial que sostiene que España es una democracia sólida y consolidada. En su opinión, el sistema político vigente, establecido con la Constitución de 1978, no asegura la verdadera separación de poderes ni permite una elección genuinamente libre de los representantes del pueblo.
La Junta Democrática subraya que el discurso del Gobierno ignora el origen de la transición democrática, que fue pactada y rodeada de cuestionamientos sobre su legitimidad. Este proceso, que llevó a la restauración de la monarquía sin un voto popular, ha dejado a los ciudadanos atrapados en un sistema bipartidista. Esta estructura, según argumentan, beneficia solo a una élite política y económica, perpetuando un ciclo de intereses que no responde a las necesidades reales de la ciudadanía.
La organización sostiene que una democracia verdadera se basa en la separación efectiva de poderes, la elección directa de los cargos públicos y la transparencia en las instituciones. Observa, además, que las injerencias externas y la corrupción, enraizadas en el actual régimen, están minando las esperanzas de un futuro próspero para los españoles.
Ante esta situación, la Junta Democrática hace un llamado a la ciudadanía, en particular a los jóvenes, para que se informen y se involucren activamente en la lucha por una España verdaderamente democrática y soberana. Según ellos, solo mediante la movilización popular se podrá desafiar y cambiar un sistema que frena los derechos políticos y favorece la corrupción.
La Junta Democrática de España se presenta como una organización civil comprometida con la acción unitaria del pueblo para establecer una democracia plena, fundamentada en la efectiva separación de poderes y en la opción de elegir directamente a sus representantes.